El secreto de los Ancelotti

Carlo y Davide. Davide y Carlo. Dos mitades de un mismo todo. Un gurú de los banquillos y su sucesor. El primer entrenador del Real Madrid, Carlo Ancelotti, ha sabido modernizar su método hasta convertirse en un ejemplo a seguir en todo el mundo. Es su hijo Davide el que le mantiene conectado a todos los avances que su cuerpo técnico incorpora día a día. Carlo y Davide encabezan un grupo en el que hay otros nombres importantes como los de Francesco Mauri, asistente técnico, el nutricionista Mino Fulco o el analista Simone Montanaro.

Como sucede con el ingrediente secreto de la Coca-cola, hay algo que explica por sí sólo el éxito que están teniendo los Ancelotti. Y no es otro que el hecho de que la pareja huye de la complacencia. Davide Ancelotti cuestiona una y otra vez los planteamientos de su padre, intenta mejorarlos, busca defectos, y luego es Carlo quien decide. Pero de ese debate enriquecedor, el gran secreto del éxito, terminan surgiendo ideas brillantes.

“Mi padre deja hablar a todo su equipo de trabajo”, contaba recientemente Davide en AS. “Esto genera mucho debate interno, y un ambiente de confrontación de ideas que a él le permite seguir joven de cabeza y de pensamiento. Él no quiere un cuerpo técnico de gente que sólo le diga que sí. Hay un desafío contante entre él y yo, y eso me gusta. A veces discutimos, pero creo que eso viene bien”. Esa es la clave de una relación profesional tan fructífera entre padre e hijo. El propio Davide la resumía en tono de broma en la celebración del doblete: “Se puede decir que tocamos mucho los huevos a mi padre”. De un modo didáctico, se entiende.

Todo, o casi, queda en familia: Fulco y Mauri

Y todo queda en familia. No sólo por Davide. Mino Fulco es yerno de Carlo Ancelotti, la pareja de su hija. Un profesional muy relevante en su campo, la nutrición en el deporte. Fulco ya estuvo con Ancelotti en su primera etapa en el Madrid. Se afana en la búsqueda de una tecnología válida para obtener datos diferentes a los de velocidad o aceleración para saber cómo asimila la pierna del futbolista la carga de trabajo. Introduce otros muchos parámetros a los que se obtienen con GPS. Termografía o biomarcadores son algunas de sus palabras clave.

También es casi de la familia Francesco Mauri. Es hijo de Giovanni Mauri, el preparador físico que acompañó a Carlo Ancelotti durante gran parte de su carrera en los banquillos, incluida su primera etapa en el Madrid en el que ganó la Champions. Francesco Mauri empezó a diseñar el acondicionamiento físico de los jugadores, pero ya es mucho más que eso, es asistente técnico y cabeza pensante de la estrategia junto a Davide Ancelotti.

Jugadas clave como la de Carvajal.

El tándem que forman Davide Ancelotti y Francesco Mauri a las órdenes de Carlo funciona. La jugada del gol de Carvajal en la que el defensa va a rematar al primer palo ha salido de su laboratorio. El trabajo de Davide no sólo se circunscribe a los entrenamientos, durante los partidos su labor y la de Francesco también es clave. Los dos están conectados con el analista Simone Montanaro, que ve los partidos desde una posición alta, en la grada, con mayor perspectiva.

Ellos mismos, Davide y Francesco, ven el encuentro desde el banquillo en una cámara táctica que ofrece los movimientos de los 22 futbolistas en todo momento. “Con esa cámara tengo los datos a tiempo real y desde ahí intento dar a mi padre la información”, explicó recientemente Davide Ancelotti en AS. “Puedes ver lo que quieras, pases buenos, robos, duelos ganados, juego aéreo… A mí me interesa ver más si nos están entrando más por el lado derecho o por el lado izquierdo, si estamos sufriendo en alguna zona del campo en especial. Y desde ahí valoro. Si es un dato que merece la pena se lo digo a mi padre, si no, lo dejo pasar”.

El laboratorio de Simone Montanaro.

Todo, en colaboración con Simone Montanaro, la cuarta pata de la mesa que es este engrasado cuerpo técnico. Montanaro es un verdadero estudioso del fútbol que combina conocimientos tácticos e informáticos. Empezó en las categorías inferiores de la Roma, y fue con Luis Enrique con quien dio el salto, haciendo para él reportajes de los rivales y ayudándole en la codificación de los programas de análisis. Después le llamó Montella, quien realmente le había promocionado antes que Luis Enrique en el Roma, y estuvo con él en Fiorentina, Milán, Sampdoria y Sevilla.

Ancelotti buscó después a Simone Montanaro para el Nápoles y desde entonces, luego en el Everton y ahora en el Madrid, han estado juntos. Carlo y su hijo Davide no dejan nada al azar. Se han rodeado de los mejores y han formado una gran familia para su banquillo… Ese es su secreto, el secreto de los Ancelotti.

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