El plan de los árbitros se tuerce: más VAR y mismos penaltis
LaLiga arranca con el efecto opuesto al pretendido por el jefe de los árbitros. El fin de los ‘penaltitos’ no llega y el uso de la tecnología crece.
Ya lo advertía Medina Cantalejo antes del inicio liguero: “Vamos a seguir teniendo polémica”. Y así está siendo, pero lo que no se está cumpliendo era el anunciado fin a los penaltitos y la reducción del uso del VAR. El jefe de los árbitros había instruido a sus discípulos con unas nuevas directrices en las que el rol del trencilla de campo recuperaría el protagonismo y el de VAR lo perdería. Pero las irrupciones de la tecnología han crecido respecto a las tres primeras jornadas de la campaña anterior. Ahora el debate se traslada a si se está torciendo el plan porque no se está siguiendo al pie de la letra o como consecuencia a las jugadas que se están dando en estos primeros fines de semana.
Van 30 partidos y el VAR ya ha entrado en 10 ocasiones, siendo tres de ellas determinantes para el desenlace del partido (Espanyol, Betis y Atlético hubieran sumado menos puntos sin la actuación de esta herramienta). Una ligera subida respecto al curso anterior: en los primeros 30 partidos solo se dieron siete intervenciones. Una de las curiosidades del empleo que se le está dando a la herramienta es que en el 100% de los casos ha sido para jugadas subjetivas, en las que se precisa que el árbitro de campo acuda a la pantalla para revisar la acción. Todavía no se han dado jugadas objetivas (indicar si hay fuera de juego, si los penaltis son dentro o fuera, goles fantasmas...). Lo que choca con la petición de Medina a los colegiados: “Lo importante es que el árbitro de campo vea las acciones y no se les escapen”.
Este incremento del uso del VAR podría tener una explicación: la persecución a las entradas de juego brusco grave y violentas con el objetivo de proteger la integridad de los jugadores. Uno de los mantras de este Comité que preside Medina Cantalejo. De las 10 intervenciones, cuatro han sido en lances de roja: tres pasaron a expulsión (una entrada de Cömert a Castellanos, el codazo de Sergi Gómez a Camello y la falta e Lecomte sobre Ceballos cortando una ocasión manifiesta de gol) y solo una se rebajó a amarilla (de Correia sobre Morata). Aunque esta última es una decisión controvertida, ya que según la SER, el Comité Técnico de Árbitro no entiende que el VAR entre en esa acción ni que el árbitro rectifique ya que la roja inicial era la sanción acertada. Lo cual choca con una de las directrices del propio Medina Cantalejo a sus árbitros: solo entrar cuando se trate de un error claro y manifiesto para todo el mundo, no solo para los que están en Las Rozas. Y, en esa jugada (derribo de Correia cuando Morata enfilaba la frontal del área y se plantaba solo ante el portero) cabía la interpretación de ocasión manifiesta de gol. Cuya sanción es la expulsión.
Otro de los objetivos del CTA para esta temporada era reducir el número de penas máximas y se señalaba que se conseguiría reduciendo los penaltitos. Hasta la fecha se han señalado doce, los mismos que hace un año y las manos siguen teniendo un gran protagonismo: 5 señaladas, dos de ellas a instancias del VAR. Aunque la polémica está en los dos penaltis que desde el VOR se debió llamar para anular. El primero fue cuando Del Cerro pitó un golpe en la cara de Moncayola a Papu Gómez dentro del área. Contacto insuficiente para derribar al jugador sevillista. Otro de los llamados penaltitos que no debió ser señalado se dio en la segunda jornada entre Mallorca y Betis: Fekir se estrella contra Battaglia en la frontal del área y el árbitro concedió la pena máxima. Una decisión que le valió al Betis para marcar gol y llevarse los tres puntos a casa. El resto de los señalados estarían dentro de los parámetros explicados por el CTA.
Será este viernes cuando Medina Cantalejo se reúna con los árbitros de Primera División y les dé el veredicto sobre estas decisiones tomadas en el campo. Se analizarán y se hará saber a los árbitros cuál es la decisión correcta y a seguir para el resto de la temporada. Una cumbre que mantienen semanalmente con el objetivo de perseguir el error cero y unificar criterios. Una ocasión idónea para cumplir con el plan y evitar que se tuerza.