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FALLECE LUIS SUÁREZ

El peor error de la historia del Barça

La venta de Luis Suárez al Inter de Milán supuso un fracaso deportivo y no solventó los problemas económicos del Barça.

Actualizado a
Luis Suárez Miramontes: 8 goals in 19 games.

A lo largo de sus casi 125 años de historia, el FC Barcelona ha cometido muchos errores, pero a criterio de la totalidad de historiadores que han escrito abundante bibliografía sobre la entidad blaugrana, ninguno de la magnitud de la venta de Luis Suárez al Inter de Milán.

Esa venta récord en su época se basó en mentiras, mala gestión, mala planificación y en un caos directivo. Todo ello en un club en una crisis económica que amenazaba su continuidad. Pero el traspaso nó arreglo ni una cosa ni la otra. Deportivamente, el Barcelona se desmoronó y tardó 14 años en volver a ganar una Liga (hasta la llegada de Cruyff) y tampoco solucionó la crisis económica.

La primera de las mentiras y puede que la más grave que se dijo para justificar el traspaso de Suárez era que la convivencia entre el gallego y Kubala era imposible. La mentira se sustentó en una campaña de prensa difundida por la directiva de turno que dividió a la afición entre kubalistas y suaristas.

A pesar de que la mentira no se sostenía por ningún lado, la campaña cuajó y los debates entre los partidarios de Kubala, un jugador de 33 años y los de Suárez, de 25, eran muy calientes. Y eso que entonces no existía Twitter.

Para empezar, eso de que eran incompatibles era difícil de comprender porque jamás jugaron en la misma posición, pero es que por si fuera poco, eran grandes amigos. Si quieren otro dato, Suárez llegó al Barça por recomendación de Kubala, que lo había visto jugar en el Deportivo y quedó maravillado. Enseguida insistió al secretario técnico blaugrana, Pepe Samitier, para que fichara a Luisito.

Samitier, un personaje que da para una novela, inició las negociaciones con el Deportivo en 1954. Pero para distraer la atención tanto del Deportivo como del Real Madrid, aseguró siempre que su interés estaba en fichar al uruguayo Dagoberto Coll. El Depor pidió medio millón por Moll, una cifra importante y Sami exigió que por ese precio llegara también Luis Suárez. En el Depor no le veían demasiado futuro al chaval que había enamorado a Kubala. Otros que también se lucieron.

"Mami campeonamos". La frase del jugador peruano después de conquistar la Liga de 1974 está en el imaginario de todos los barcelonistas. Regateador de tronío, marcó 17 goles en 68 partidos con el Barça. Entre ellos, el que cerró el histórico 0-5 en el Bernabéu en la Liga que Cruyff dominó con mano de hierro. A Sotil le perjudicó la llegada de Neeskens al Barça. Eso le hizo perder foco hasta que, finalmente, dejó el Barça en 1977. Está considerado como uno de los mejores jugadores peruanos de la historia. No en vano, junto a Cubillas lideró una generación campeona de la Copa América en 1975 y cuartofinalista en los mundiales de México y Argentina. Sotil, de quien se cuenta que hubiese sido mucho más grande si hubiese tenido una vida más ordenada, tuvo el honor de vestir la camiseta con el dorsal 10 en el Barcelona. Eso sólo lo pueden contar grandes como Messi, Rivaldo, Luis Suárez Miramontes, Ronaldinho...
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"Mami campeonamos". La frase del jugador peruano después de conquistar la Liga de 1974 está en el imaginario de todos los barcelonistas. Regateador de tronío, marcó 17 goles en 68 partidos con el Barça. Entre ellos, el que cerró el histórico 0-5 en el Bernabéu en la Liga que Cruyff dominó con mano de hierro. A Sotil le perjudicó la llegada de Neeskens al Barça. Eso le hizo perder foco hasta que, finalmente, dejó el Barça en 1977. Está considerado como uno de los mejores jugadores peruanos de la historia. No en vano, junto a Cubillas lideró una generación campeona de la Copa América en 1975 y cuartofinalista en los mundiales de México y Argentina. Sotil, de quien se cuenta que hubiese sido mucho más grande si hubiese tenido una vida más ordenada, tuvo el honor de vestir la camiseta con el dorsal 10 en el Barcelona. Eso sólo lo pueden contar grandes como Messi, Rivaldo, Luis Suárez Miramontes, Ronaldinho...

Suárez llegó con 19 años al Barça y estuvo siete temporadas. Y no lo tuvo fácil al principio. Sus primeros entrenadores en el club catalán pensaban como los del Depor y le veían demasiado frágil para el rudo fútbol que practicaban sus equipos.

Ni con Sandro Puppo, ni con Franz Platko ni con Domingo Balmanya pudo lucirse Suárez que vio cómo se le abría el cielo con la llegada de Helenio Herrera al banquillo de Les Corts.

El Barcelona, con un Kubala eficaz, pero ya mayor y castigado por las lesiones jugaba al ritmo de Suárez, a quien Alfredo Di Stéfano se refería con el apelativo de “el arquitecto”. Palabra de Don Alfredo.

Pero entonces llegó la gran crisis institucional, deportiva y económica de un Barcelona endeudado. La personalidad de Helenio Herrera chocó con la directiva de Miró Sans y en 1960 el ‘Mago’ fue despedido. Los entrenadores que se sucedieron meses en su puesto (Enric Rabassa, Ljubisa Brocic y Enrique Orizaola) no triunfaron a pesar de que el último consiguió llevar al equipo a la final de la Copa de Europa. Otra tragedia a añadir a esa época como ya se verá.

Económicamente, el club estaba en bancarrota y urgía vender los terrenos de Les Corts antes de dos meses y socialmente, el escándalo fue mayúsculo cuando el presidente Miró Sans cesó a Samitier como secretario técnico y pensó en el seleccionador español, Pedro Escartín en su puesto.

Las simpatías de Escartín por el Real Madrid y sus declaraciones anticatalanas en el pasado pusieron a la afición en pie de guerra. Samitier era un mito y por si fuera poco, se supo que exigió cobrar siete veces más que Sami.

Este cúmulo de circunstancias (la amenaza de bancarrota, el despido de HH, la mala marcha en la Liga, el cese de Samitier y los contactos con Escartín) provocaron tal caos que Miró Sans dimitía el 28 de febrero de 1961 y dejaba el club en manos de una gestora presidida por Julià de Capmany, que convocó elecciones y que fue quien vendió a Suárez.

El desgobierno del club era tal que fue el presidente de la gestora el que acabó aceptando la oferta del Inter, con el consentimiento de los dos candidatos a la presidencia: Llaudet (a la postre presidente) y Fuset.

Ahogado por las deudas y la necesidad de construir un nuevo estadio, el Barcelona pensó en mala hora que la oferta del Inter de 25 millones de pesetas por Suárez era la solución a sus problemas.

En el Inter estaba ya Helenio Herrera, que fue el que acabó de convencer a Suárez, que tras siete temporadas en el Barça era ya más culé que los que le vendieron, pero le empujaron a irse por problemas económicos (no sé si les suena la historia) Le inventaron la mencionada polémica con Kubala para justificar lo injustificable y el traspaso se cerró cinco días antes de jugar la final de la Copa de Europa en Berna ante el Benfica. La mejor manera de encarar una final, vamos.

El Barça, en un partido lleno de desgracia (gol en propia puerta, dos postes…) cayó por 3-2 y aún así, Suárez, que acababa de ganar el Balón de Oro con 25 años, fue el mejor jugador del Barça en la final.

De los 25 millones cobrados por Luisito, el recién elegido presidente Llaudet se gastó 20 en quince fichajes y ninguno fue bueno. El Barça cayó en la mayor crisis deportiva de su historia y la deuda para pagar el Camp Nou se disparó.

Con el Inter de Herrera, Suárez se convirtió en un absoluto mito, pero nunca dejó de ser culé. El año 2015, con motivo del 30 aniversario del museo del Barça, Luisito Suárez donó su Balón de Oro.