El nuevo Nahuel Molina
El argentino suma dos asistencias en los dos últimos partidos. Ha ganado en confianza y desde que se proclamó campeón del Mundial no para de crecer.
Este Nahuel Molina es otro. El lateral argentino ha ganado en confianza, seguridad en su juego, nivel, atrevimiento y trascendencia en las últimas semanas, después de proclamarse como campeón del Mundial siendo una pieza clave para Scaloni. Ese título le ha reforzado y ha acabado con lo que parecía un bloqueo mental que afectaba a su juego.
Molina se presentó en el Cívitas Metropolitano con una actuación muy lejos de la soñada. Era su primer partido ante su público, contra el Villarreal en la segunda jornada de Liga y se marchaba expulsado y habiendo regalado el gol que rompía la igualada. Un estreno en su nueva casa (ya había jugado en Getafe en la primera jornada) que le afectó anímicamente. Pero Simeone nunca dejó de confiar en su compatriota. Era una apuesta personal, sin competencia en el puesto (el único no doblado en la plantilla) y el técnico le defendió a capa y espada.
“A Molina lo quisimos nosotros, lo pedí e insistí para que viniese. Es el futbolista que entiendo que necesitamos. Es verdad que desde lo defensivo tiene que seguir evolucionando y no será la primera vez que viene un futbolista y tiene que mejorar una faceta. Confiamos muchísimo en él, tiene 24 años, una edad muy buena para evolucionar y nos va a dar muchísimas cosas en el juego del equipo”, declaraba el Cholo en Leverkusen en los momentos más oscuros para el lateral. Y, ahora, la perseverancia del técnico y evolución de Nahuel están dando premio.
Nahuel Molina lo ha jugado todo en 2023. Los últimos cinco partidos completos desde su reincorporación tras el Mundial (se perdió los duelos contra Arenteiro y Elche por haber alcanzado la final). Una carga de minutos que preocupa a Simeone, pero su alternativa es un Llorente mucho más determinante en campo rival. Y el lateral ya comienza a demostrar las cualidades que llevaron al Atlético a lanzarse por su fichaje tras un año fantástico en Udinese. Contra el Valladolid, puso un centro de oro para el gol de Griezmann. Su segunda asistencia consecutiva tras el gran envío al espacio para Llorente que recordó aquella asociación con Trippier.
Los ataques del Atlético se están concentrando por su costado y Molina fue el segundo jugador del rojiblanco con más pases completados (46), solo superado por Koke (60), recuperó ocho balones, el que más del equipo junto al siempre trabajador Griezmann (el francés disputó solo 56 minutos... y Kondogbia recuperó siete en solo 35 minutos), y se midió en nueve duelos, ganando el 66,7% de ellos. Un Molina cada vez más incisivo, atrevido a subir la banda y que se entiende y combina con los Llorente, Correa y compañía. También se le nota más cómodo en defensa de cuatro, sufriendo cuando le toca situarse como parche en la línea de tres centrales. El Mundial fue una liberación (golazo en cuartos a la Países Bajos de Memphis incluido) y Nahuel está mostrando un crecimiento de lo más interesante. El futbolista comienza a demostrar los motivos de su fichaje.