El nuevo muro del Madrid
La pareja Militao-Rüdiger crece y es el contrapunto a la falta de gol. Sin Alaba, el alemán se asienta junto al brasileño. En sus últimos 9 partidos juntos como centrales, el Madrid sólo ha recibido 5 tantos.
No hay mayor paliativo a la tibieza ofensiva que una retaguardia sin fisuras. Desde el repóquer de Anfield, al Madrid se le apaga la luz en el área rival, pero en la propia disfrutan de un nuevo muro que permite a Courtois respirar cada día más tranquilo. Si los éxitos de la temporada pasada se cimentaron sobre el Militao-Alaba, Rüdiger ha aprovechado los problemas físicos y de rendimiento del austríaco para ir rascando importancia. Las dudas del comienzo de curso, donde el alemán aparecía de manera intermitente, sin permitirle gozar de la continuidad que un defensa necesita, están siendo despejadas partido a partido. De los 10 goles encajados por el Madrid en los primeros 7 partidos con Militao y Rüdiger como pareja de centrales titulares se ha pasado a los 5 en los 9 últimos. El equipo blanco, en promedio, encaja más de un tantos por partido (41 en 40 encuentros). En este último tramo con el nuevo muro en la retaguardia, la cifra se queda en apenas 0,55...
Cómo realizar las coberturas, cómo temporizar en desventaja, cómo bascular, cómo presionar... Son todos conceptos que una pareja de centrales aprehende con el tiempo. Defender de memoria. Algo que a Rüdiger, futbolista fogoso con mucha mayor disciplina física que táctica, le estaba costando. Venir del Chelsea, donde Tuchel convirtió el esquema de tres centrales en marca registrada, tampoco ayudaba. Ahí, el de Berlín contaba con la libertad para incorporarse al ataque que le posibilitaba tener a dos centrales más para cubrirle la espalda. Su exuberante físico y confianza hacían el resto. Una dinámica y un esquema muy diferentes al 4-4-2 del Real Madrid. Tampoco tenía que bailar entre diferentes posiciones (Ancelotti probó a Rüdiger como lateral derecho e izquierdo al inicio de la campaña) ni ganarse el puesto. Tras el período de adaptación, Rüdiger está encontrando su mejor cara, impulsado por la ausencia continuada de Alaba.
Adaptación y sociedad
Tener a Militao como compañero de fatigas de manera continuada le está haciendo no solo incorporar automatismos, sino corregir esos “errores puntuales” que tantos dolores de cabeza le estaban levantando a Ancelotti (los citó tras la derrota ante el Barça en la Supercopa, tras ganar el Mundial de Clubes...) durante un curso donde la única constante defensiva, hasta hace poco, era Militao. Pero Rüdiger, verbalizado por Carletto, se ha apuntado a la ecuación. “Siempre está concentrado y focalizado. Todavía puede mejorar con el balón, pero a nivel defensivo el equipo es más sólido. Junto a Militao han dado solidez al centro de la defensa”, reconoció el técnico en la previa ante el Barça. Un partido donde los debes aparecieron en área contraria y no en la propia. Ancelotti, de paso, recordaba al ‘22′ que debe cuidarse con el esférico.
En el último partido, ante el Betis, confirmó haber escuchado la advertencia de Carletto. Rüdiger firmó un casi impoluto 98,3% de acierto en el pase. Un 58 de 59 que mejoró el 62 de 78 (85,5%) de Militao. Tuvo menos intervenciones que el brasileño (65 contra 78), pero fue más preciso y trató con mimo la posesión (sólo perdió un balón). Eso sí, el encargado de descolgarse fue Militao, con mayor jerarquía y mando en plaza, que completó 17 de esos pases en el último tercio del campo por uno solo de Rüdiger.
Nacho, 'navaja suiza'
Otro futbolista que ha crecido en ausencia de Alaba es Nacho. No en rendimiento, siempre intachable, sino en minutaje. La última lesión del austríaco en Anfield le metió en la ecuación. El canterano secó a Salah, pero para Ancelotti sigue siendo una ‘navaja suiza’. Una solución para momentos puntuales de la temporada y para fortificar la defensa en noches de tronío. Recambio para todos, pero siempre desde un escalón por debajo de los indiscutibles. El contrapunto a un Rüdiger que se consolida como titularísimo.
En defensa apenas dejaron resquicio a la ocasión a un Betis que solamente les desarticuló en un mano a mano de Borja Iglesias que desbarató Courtois. El resto, bajo control. 9 recuperaciones para Rüdiger, más atento a las coberturas, y 6 para Militao, encargado de los duelos. El brasileño se impuso en 7 de las 10 disputas que afrontó. En entradas, pleno de ambos (1/1 para Rüdiger, 3/3 para Militao). Contra el Barcelona, la dinámica fue similar. 13 recuperaciones y un 87,5% de acierto en el pase (70/80) para Militao; 9 recuperaciones y un 92,1 (58/63) para Rüdiger. En el nuevo muro blanco, Militao es mariscal y líder; Rüdiger, guardaespaldas. Y además, ambos tienen gol (5 lleva el brasileño y 2 el alemán) y son los hombres objetivo a balón parado.
Desde el parón por el Mundial, Rüdiger ha sido titular en todos los partidos excepto en Cáceres (disputó la segunda parte) y contra el Elche en Liga. Y Militao está dando un paso al frente tras la temporada que le colocó en la élite definitivamente. “Sí”, contestó Ancelotti recientemente al ser preguntado si Éder era el mejor central del mundo. No dudó. Tampoco lo hace a la hora de hacer sus onces. Dentro del plan rotacional, el Militao-Rüdiger tiene poca permuta en estos momentos. 2.635 minutos para el alemán, 2.566′ para el brasileño, cuarto y quinto más utilizados tras Vinicius, Valverde y Courtois. Mientras el físico de Alaba se cristaliza, Rüdiger está siendo una roca y el de Militao es innegociable. Hay un nuevo muro en la ciudad Real Madrid.