El nuevo decreto televisivo, la batalla que viene
El CSD quiere modificar la norma que regulariza los derechos audiovisuales, algo que LaLiga y la RFEF miran con reticencia.
El tablero político del fútbol español afronta para 2026 una partida muy importante que puede hacer saltar chispas. El Consejo Superior de Deportes (CSD) pretende modificar el Real Decreto Ley de la venta centralizada de los derechos de televisión. La norma ha generado un conflicto entre LaLiga y el Real Madrid y la intención de retocar ahora el texto puede desembocar en un nuevo pulso de influencia. La patronal y la RFEF, que también puede verse afectada en la modificación, miran con reticencia la iniciativa del CSD, que pretende mejorar la gobernanza y establecer controles sobre el reparto del dinero de las televisiones en el fútbol español.
La venta centralizada de los derechos de televisión de Primera y Segunda División ha cumplido diez años en 2025. Una norma que, según afirman algunos de los directivos que estuvieron en la negociación de su implantación, supuso el fin a la “dictadura de los grandes clubes en el mercado audiovisual”.
Ahora el Gobierno pretende actualizarla para adecuarla a los nuevos tiempos. Lo anunció José Manuel Rodríguez Uribes, secretario de Estado para el Deporte en el Senado: “Diez años después, hay algunas novedades que entonces no existían, como el fútbol femenino o el Mundial 2030”. Y apuntó a cambios que afectan al fútbol profesional masculino: “Mejorar algunas dimensiones de la gobernanza del modelo, que haya más transparencia y más controles previos. Que haya un órgano colegiado donde participen distintas instituciones en la toma de decisiones”.
LaLiga y la Federación asisten con desconfianza al movimiento del Gobierno. Lo ven como algo que funciona, además de considerar muy complicado que la reforma salga adelante debido a los precarios apoyos numéricos del Gobierno en el Congreso de los Diputados para aprobar cualquier iniciativa legislativa.
Desde la patronal afirman estar sorprendidos, sobre todo, por el momento del anuncio de la modificación del texto. Se produjo un día antes del cierre de la venta del tender nacional para los años 2027-2032, que seguirá en manos de Movistar+ y DAZN, lo que para ellos pudo generar “incertidumbre”. La venta se saldó de manera positiva, logrando aumentar los futuros ingresos de la competición al superar los 1.000 millones por temporada.
El CSD pretende cambiar el texto para dar cabida al fútbol femenino y estipular un reparto similar de los ingresos de televisión en la Liga F. Y, a la par, mejorar el sistema de gobernanza y los controles previos en el masculino. Lo hará sentándose con los clubes, aunque la mayoría defiende a ultranza este decreto al haber permitido aumentar el valor de sus derechos. En la temporada 2014-15, antes de su entrada en vigor, se ingresaban 844 millones; en la temporada 23-24 (la última con datos oficiales) se lograron 1.839,7 millones de euros.
Un reto para el CSD
Además, con esta modificación también se teme un nuevo pulso LaLiga-Real Madrid para intentar influir en el texto. Ya se vivió una fuerte discrepancia durante la tramitación de la nueva Ley del Deporte y todavía se siguen resolviendo cuitas jurídicas en los tribunales por los derechos de TV.
Ya se vio el pasado viernes, cuando el Tribunal Supremo estimó parcialmente el recurso del Real Madrid contra el reparto de los derechos audiovisuales de la temporada 2015-16. Esta resolución ha llevado al club blanco a reclamar 8,8 millones de euros a la patronal, mientras que esta desmiente que la sentencia del Supremo afirme tal cosa. Con todos estos precedentes, la reforma del RDL de la venta centralizada se presenta como algo complejo y generará fricciones en el fútbol español. Un reto para el CSD.
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