El laboratorio de la permanencia
El Espanyol trabaja desde hoy en Roldán, en una instalación que estrenó la Selección española femenina, para preparar la vuelta a la competición: la Copa, el derbi y la hora de la verdad.
Desembarcó este lunes a última hora el Espanyol en el municipio murciano de Roldán, en el hotel de cinco estrellas donde se alojará durante diez días, hasta el próximo jueves 15 de diciembre, y que empleará más que como campo base –para eso estuvo la pretemporada, cuya estadía se desarrolló en Marbella– como laboratorio para la auténtica misión de este ejercicio: la permanencia. Todo lo que llegue más allá, bienvenido será, pero no el objetivo real del equipo.
Contará el conjunto de Diego Martínez con dos campos de fútbol a su disposición, situados a escasos 500 metros de sus habitaciones, en una comodidad muy distinta a la que se hubieran encontrado en la gira por México, que se descartó entre otros motivos por el trajín y porque no incorporaba el estado de Quintana Roo –patrocinador principal del club– entre sus paradas. El trayecto más largo que harán los pericos será el que recorrerán en dos ocasiones, hasta el estadio Pinatar Arena, en San Pedro de Pinatar y con capacidad para 3.000 espectadores, que está situado a una treintena de kilómetros del cuartel general. Allí jugarán este sábado ante el Torino (16:00) y el miércoles siguiente frente al Mechelen (12:00).
Servirán estos dos amistosos, contra el noveno de la Serie A y el decimotercero de la Jupiler League belga, que además fue la temporada pasada donde militó Vinicius Souza, como banco de pruebas definitivo para el retorno de la competición. Que llega con un partido a todo o nada: la eliminatoria de la Copa del Rey del martes 20 (22:00) con el Atlético Paso, conjunto de La Palma que disputa la Segunda RFEF. Igual o más motivador para la plantilla, el cuerpo técnico y la afición resultará el siguiente compromiso, el de la vuelta de la Liga, el 31 de diciembre (14:00), nada más y nada menos que frente al Barcelona, el eterno rival blanquiazul, en el Camp Nou.
Comenzará ahí una carrera para afianzar la permanencia, para huir de un descenso que se sitúa a un punto de distancia tras las primeras 14 jornadas, que ya no se detendrá hasta el final. Y que en enero contará con un calendario exigente, el de los encuentros que cerrarán la primera vuelta, con Girona y Betis como rivales en el RCDE Stadium y las salidas a Getafe y Almería. Más la Copa, en caso de haber pasado ronda.
Quedará ver si puede contar Diego Martínez en esa reanudación con los jugadores que llegaron lesionados al parón, a excepción hecha de Gregorio Gracia ‘Gori’ con su rotura del ligamento cruzado, pero que estará en la concentración haciendo piña. También ha viajado Rubén Sánchez, caído en septiembre con una dolencia en los isquiotibiales, no así Adrià Pedrosa, operado en agosto del pubis, ni Pol Lozano, con una distensión en la rodilla derecha desde el mes pasado. También se incorporará el jueves el mundialista Martin Braithwaite, ya eliminado con Dinamarca.
La gran incógnita radica en si la vuelta de los lesionados será la única novedad en el retorno a la competición o si ya podrá contar el Espanyol con alguno de los fichajes que pretende materializar en el mercado de invierno, que podrían debutar ya en enero. Aunque César Montes se da por muy cercano, la realidad es que Monterrey tiene la sartén por el mango a la hora de escoger entre los diferentes equipos interesados por el central en Europa, y puede apurar plazos. El portero, el extremo y un hipotético mediocentro colmarían los deseos del área deportiva.
En estos días de reactivación anímica, de estancia en Roldán, entre campos de golf y en una instalación deportiva que estrenó en enero de 2018 la Selección española femenina, coincidirán los pericos con una decena de clubes de elite que también trabajarán dispersos por las diversas sedes de Pinatar Arena, como Valladolid, Lille, Cambuur, Sochaux, Stade de Reims o Angers. En total, más de 20 clubes de siete países habrán pisado esos terrenos durante el Mundial, con objetivos muy dispares. El del Espanyol está clarísimo: fraguar el camino hacia la permanencia.