El granadinismo también apunta a los despachos
La afición del Granada carga contra la directiva por la pésima planificación y gestión del proyecto. El primer y el segundo equipo están condenados, salvo milagro, al descenso.
“Directiva, dimisión”. Así se expresaba mayoritariamente Los Cármenes durante el partido ante la Real Sociedad, un encuentro que terminó de nuevo en derrota (2-3) y que colmó el vaso de la paciencia granadinista. El trabajo realizado en verano fue desastroso. El club paró su actividad a expensas de un proceso de venta que nunca se concretó. El director deportivo, Nico Rodríguez, a quien condicionaron su trabajo desde más arriba, pagó los platos rotos. También Paco López, que se encontró una plantilla descompensada y mal diseñada y acabó destituido.
Alfredo García Amado, director general y uno de los principales responsables del desastre nazarí, apostó por Matteo Tognozzi para reflotar un proyecto herido de muerte. Los 18 movimientos invernales no han sido suficientes para salvar una temporada paupérrima. La afición apunta contra todo y contra todos. Los jugadores y Medina ya estaban en el punto de mira. Ahora también lo están la presidenta, Sophia Yang, y García Amado. Tampoco queda en buen lugar el actual director deportivo, aunque es de justicia atenuar la responsabilidad de Tognozzi, quien fue reclutado con el proyecto ya claramente a la deriva. Por si fuera poco, el filial también está desahuciado en Primera RFEF, a 19 puntos de los puestos de permanencia y habiendo ganado sólo dos partidos de 27. Emulando a los mayores, también perderá la categoría.
Los Cármenes mantenía hasta justo antes del partido de la Real Sociedad el mejor promedio de asistencia de Primera División con un 90,5 % y una entrada media de 17.506 espectadores cuando el aforo del estadio es de 19.336. Pero el bochornoso partido del equipo ante el Villarreal (5-1) y su pésima trayectoria provocaron una entrada muy floja ante los donostiarras, la peor de la temporada de lejos con sólo 9.214 espectadores en las gradas. Y es que la gestión desde los despachos y la falta de recursos en el banquillo y sobre el césped no sólo ha condenado al equipo a Segunda, sino que está empezando a mermar también de forma notable la presencia de la afición en las gradas.
Los números son los peores de la historia del Granada en Primera. 14 puntos en 27 partidos y 57 goles encajados, más de dos de media por encuentro, son fiel reflejo de lo que está siendo la temporada del equipo nazarí. Aun así, Medina todavía resiste en el cargo y parece que el club se está dejando ir y evita tomar decisiones muy necesarias consciente de que únicamente un milagro le puede dar la permanencia. La hinchada se pronunció claramente el sábado y ha bajado el pulgar a la cúpula rojiblanca. No es para menos.