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El Girona juega a la contra

El bloque rojiblanco fue por detrás en el marcador en los últimos seis partidos de Liga y no ganó ninguno (tres derrotas y tres empates). Cero remontadas este curso.

Girona, 15/03/2025. El delantero nigeriano del Valencia Umar Sadiq (i) pelea un balón con el defensa checo del Girona Ladislav Krejci durante el encuentro correspondiente a la jornada 28 de Laliga EA Sports que disputan hoy sábado Girona y Valencia en el estadio Montilivi de la capital gerundense. EFE/David Borrat.
David Borrat
Marc Bernad Suelves
Redactor de Sección de Fútbol de Diario AS desde 2013. En 2011 entró en Diario AS como becario, después pasó a colaborador y ahora es su casa. Le gusta seguir y escribir de todos los deportes, pero ahora le podrás leer sobre fútbol y vela. Licenciado en Periodismo por la Universitad Abat Oliba CEU de Barcelona.
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Si ya de por sí es difícil ganar partidos en Primera División, si te ‘acostumbras’ a empezar perdiendo cada partido aún más. Que se lo pregunten al Girona. El bloque rojiblanco está adquiriendo como (mala) costumbre ir a remolque del rival y así se explica su bache de resultados. En las últimas seis jornadas de Liga, el adversario le marcó primero, le tocó jugar a contracorriente y no le alcanzó para remontar. No ganó ninguno de estos seis últimos duelos, con un balance de tres derrotas y tres empates. Sí logró rescatar un punto tres veces, pero nunca ha vivido una remontada completa.

Un obstáculo más a superar por un Girona que se está viendo fuera de la lucha por Europa y debe empezar a preocuparse por el descenso. Tiene colchón, sí, de siete puntos, pero encadenar seis partidos ligueros sin vencer atrae a demasiados fantasmas y nervios.

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Además, el conjunto de Míchel no va sobrado de pegada. Y si al rival le dejas adelantarse en el marcador, la vida ya no es la mejor, es la más difícil. El clavo ardiendo al que agarrarse sería que el equipo parece que ha recuperado el alma y el orgullo. Es decir, en esta serie de seis partidos sin ganar, los tres primeros acabaron en derrotas y los tres últimos, como mínimo, se sumó un punto. Estos son los que le están manteniendo a flote, aunque este parón debe servir para resetear y tomar aún más conciencia de lo vital que es mantener la portería a cero. Míchel está insistiendo en ello porque es la única forma de no empezar perdiendo cada partido. Quedan diez jornadas de Liga, hay tiempo pero no se puede estar siempre a la contra. Más cuando el Girona, en toda la temporada, no ha remontado ni un solo partido que empezó perdiendo.

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