El Espanyol se desangra y sólo tiene 90′ para frenar la hemorragia
Cuatro goles recibió Pacheco, a pesar de sus diez paradas, ante un Villarreal que disparó 31 veces. Los pericos promedian dos dianas en contra por partido en la segunda vuelta.
Por unos instantes, el milagro existió. Fue a raíz de un zapatazo de Javi Puado que llevó al Espanyol a avanzarse primero en el marcador y a llegar al descanso –por segunda vez en 31 jornadas– con la victoria de su lado. Pero todo se desmoronó en la reanudación. “Recibir cuatro goles en media parte lleva prácticamente a la derrota, es imposible ganar porque marcar cinco goles en Primera es muy difícil”, se lamentaba el goleador perico aún en las entrañas de La Cerámica, a una puerta del autocar, donde unos cuantos aficionados aguardaban para desahogarse con un equipo en caída libre.
La reflexión de Puado condensa la triste realidad del Espanyol. Entre el minuto 52′ y el 91′, el Villarreal le endosó cuatro goles a un conjunto al que le iba la vida en defender con uñas y dientes ese 0-1 provisional, o en el peor de los casos el posterior 2-2 que rascaron entre Joselu Mato y Martin Braithwaite. Pero la escuadra blanquiazul es una auténtica sangría, como se demuestra en lo micro y lo macro. En lo micro, el partido del jueves, el Submarino le disparó en 31 ocasiones, su récord en este siglo, de las que 25 fueron dentro del área y 13, a puerta. Lo dice todo el hecho de que Fernando Pacheco, a pesar de haber recibido cuatro goles, fuera con sus diez paradas el mejor jugador de los pericos.
Ni la llegada en invierno del portero, que ha recibido 19 dianas en diez partidos, ni la de César Montes, retratado ferozmente en el 3-2 amarillo, han mejorado las prestaciones de un sistema defensivo sonrojante, que ha convertido la concesión de goles en una rutina. Hasta 2,37 dianas por partido viene recibiendo el Espanyol desde que hace más de dos meses, con Diego Martínez aún en el banquillo, iniciara su dramática racha de ocho jornadas sin ganar, o lo que es lo mismo, un punto sobre 24.
No es mucho mejor promedio, dos goles en contra por partido, si el radar se extiende a toda la segunda vuelta. Y sólo mejora un poco, pero sigue siendo igual de dantesco para cualquier equipo que aspire a salvarse, en el global de toda la Liga: 53 goles recibidos, 1,70 por encuentro.
13 goles de Joselu, 8 Braithwaite, 5 Darder...
Explican estas paupérrimas cifras cómo puede marchar penúltimo, a cuatro puntos ya de la permanencia, una plantilla que cuenta entre sus filas con 13 goles de Joselu Mato, ocho de Martin Braithwaite, cinco de Sergi Darder y cuatro de Javi Puado. Y, para colmo, justo el día en que por fin consiguió dejar la portería a cero, la semana pasada ante el Cádiz, falló la sempiterna eficacia que sí le había acompañado en sus anteriores cuatro partidos imbatido.
Así, con la meta a cero, fue como se fraguaron cuatro de las seis victorias del Espanyol en esta Liga. Desde luego, no fue recibiendo cuatro goles como en Vila-real. Y por ahí pasan también todas las opciones de permanencia, si es que le quedan, a un equipo obligado sí o sí a derrotar este domingo a un Getafe que acaba de caer a la zona de descenso, que ha despedido al experico Quique Sánchez Flores y que llegará también con urgencias al RCDE Stadium. Pero con tres puntos más. Por eso mismo, todo lo que no sea un triunfo para los pericos, les dejará con pie y medio en Segunda. Es la última oportunidad para frenar la hemorragia.