El Espanyol pierde 16 millones, el doble de lo presupuestado
Ni las ventas de César Montes, Darder, Simo, Koleosho y en última instancia Joselu en el ejercicio 2023-24 han evitado una sangría que asciende a 69,5 millones perdidos solo desde 2020.
La situación del Espanyol, vista desde fuera, se asemeja a la de la orquesta del Titanic, lo que lógicamente suscita una máxima preocupación entre sus aficionados y los cerca de 8.000 pequeños accionistas que sigue teniendo el club a pesar de que el poder omnímodo lo ostenta su presidente, el desaparecido en combate Chen Yansheng, y el conglomerado chino Rastar Group. Valga de prueba el aplazamiento de una ampliación de capital imprescindible. Una muestra más es el dato al que ha tenido acceso AS y que se presentará en la Junta de Accionistas del próximo 4 de diciembre.
Contrastará en esa asamblea la realidad con lo que se presentó en la del 13 de diciembre de 2023, cuando con el equipo ya en Segunda División se presupuestaron para el ejercicio 2023-24, que finalizó el pasado 30 de junio, unas pérdidas por valor de 8,8 millones de euros. Pues no. Estas a la hora de la verdad prácticamente se duplicaron, hasta los 16 millones negativos como resultado de explotación. Y, si bien es cierto que los ingresos menguaron a la mitad en la categoría de plata, también lo es que la inversión futbolística fue mínima y que se produjeron numerosos traspasos.
No en vano, el Espanyol obtuvo un beneficio de 17 millones de euros por la venta de jugadores, lo que aún hace más llamativo e inexplicable el resultado final del ejercicio. Fue la temporada en la que César Montes fue traspasado al Almería por 14 millones, Sergi Darder recaló en el Mallorca por ocho, lo mismo que se recolectó entre los canteranos Simo Keddari y Luca Koleosho, e incluso debería computar ahí la opción de compra ejecutada por el Real Madrid en el caso de Joselu Mato, de 1,5 millones.
Por mucho que no figure todo el montante de las operaciones, que se va amortizando en varios años, son cantidades lo bastante gruesas como para paliar pérdidas. Pero ni esos ingresos, que en el fútbol se consideran extraordinarios, bastan ya.
Y no se puede considerar un accidente, puesto que el Espanyol acumula cuatro ejercicios consecutivos con pérdidas, que se iniciaron en la temporada 2020-21 con 11,4 millones atribuidos entonces al binomio entre pandemia y el primero de los dos descensos a Segunda de la administración Chen, pero que siguieron en la siguiente con 19,9 y en la 2022-23 con 22,2 millones. En total, en cuatro años ha perdido el club la friolera de 69,5 millones de euros.
Supera esa cantidad con creces lo que aglutinó en ganancias durante los cinco primeros ejercicios custodiados por Rastar Group, entre 2015 y 2020, cuando la suma de los beneficios ascendió a 25,8 millones. La tendencia no engaña. Y es tan sumamente inquietante para el resto de accionistas como los números macroeconómicos del Espanyol y su presupuesto para la temporada en curso. Quizá arroje algo de luz la Junta que la Associació de Petits i Mitjans Accionistes (APMAE) celebrará el próximo martes.
Los resultados de la era Rastar
2023-24: -16
2022-23: -22,2
2021-22: -19,9
2020-21: -11,4
2019-20: 9,1
2018-19: 1,8
2017-18: 6,3
2016-17: 6,5
2015-16: 2,1
*En millones de euros
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