El Espanyol, mucho más centrado

Sirve un córner muy cerrado Nico Melamed, desde la izquierda del ataque, saca los puños Rui Silva y se suceden los rechaces y cabezazos, cinco en total, hasta que el esférico le llega en el corazón del área a César Montes, quien se inventa un golazo, controland con el pecho y armando una chilena. Así fue el tanto del Espanyol el pasado fin de semana ante el Betis, el segundo de la era Luis García, que nació en un recurso que el equipo explotó con acierto en el segundo partido del entrenador al frente de los pericos.

A pesar de no contar con extremos puros en la plantilla, y de que incluso laterales como Brian Oliván, Óscar Gil y Aleix Vidal se perdían el compromiso, los centros se convirtieron en un camino hacia el gol. Lo encontró Montes y, de hecho, en el minuto 95 también se convirtió en el 3-2, una pelota colgada por Adrià Pedrosa en su retorno tras un año lesionado que Martin Braithwaite introdujo en la portería pero que el VAR erráticamente anuló por un presunto fuera de juego. Incluso Joselu Mato había tenido una ocasión clarísima que, en contra de lo que es habitual en el olfato rematador del ‘pichichi’ perico, cabeceó fuera. En definitiva, centró el Espanyol más y mejor que nunca.

Hasta 30 centros contabilizó el equipo de Luis García, de los que diez fueron exitosos, más que en ningún partido anterior de la Liga (superando los nueve del Espanyol-Sevilla y los siete del Espanyol-Girona), entre los que se cuentan los 13 saques de esquina favorables, otro récord destacado en un encuentro de los pericos, de los que cinco fueron buenos al área.

En esos mejores registros del curso, los exhibidos en el Villamarín, los protagonistas fueron Nico Melamed, con nueve centros a pesar de que fue sustituido a la hora de partido, por siete de Sergi Darder y de Rubén Sánchez y dos de Javi Puado y de Denis Suárez. En un Espanyol asociativo, más desequilibrante desde el orden y con mayor juego interior, la precisión también está de fuera para dentro.