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El Espanyol liquida su escaparate, y con una factura de 27 millones

Las salidas ‘low cost’ de Raúl de Tomás, Vargas y Embarba, los fichajes más caros de su historia, descapitalizan a un club abocado, por mandato presidencial, a buenas ventas para subsistir.

El Espanyol liquida su escaparate, y con una factura de 27 millones
Gorka LeizaDIARIO AS

La friolera de 22,5 millones de euros desembolsó el Espanyol por Raúl de Tomás, que descabalgaba a quien solo unos meses antes al fichaje más caro de la historia del club, Matías Vargas, con sus 10,5 millones de inversión. El mercado de esa enajenada campaña 2019-20 no podía más que culminar con el tercero del podio, un Adrián Embarba que costó diez millones, igualando así con el importe de Borja Iglesias. Tres futbolistas que debían garantizar rendimiento, primero, y posterior revalorización. Pero que de una tacada, y más allá de las circunstancias, igual que llegaron se han marchado con un denominador común: siendo malvendidos.

De los 43 millones invertidos en sus fichajes –salarios, por supuesto, aparte–, como mucho recuperará el Espanyol entre 15 y 16 millones, es decir, unas pérdidas de al menos 27 millones. De lo que se sabe, que es muy poco por la opacidad del club perico hacia sus socios y accionistas, el Rayo paga ocho millones fijos y tres variables (condicionados a su permanencia en Primera) por RdT, mientras que mucho más turbias han sido las supuestas ventas de los otros dos: entre 2,5 y cuatro millones abona aparentemente el Shanghai Port por Vargas y una cantidad indeterminada llega desde Almería por Adrián Embarba, en una operación que involucra –aunque se presentaran por separado– a José Carlos Lazo a modo de trueque. Por no hablar de salidas gratis como Óscar Melendo, o la operación Wu Lei.

Pero lo más preocupante no son las pérdidas en sí con estos tres futbolistas, que no evitaron en su día el descenso y sí contribuyeron al retorno a Primera a cambio de un altísimo coste. Lo temible para la hoja de ruta del Espanyol es que ha liquidado su escaparate. Sobre todo en el caso de Raúl de Tomás, se trataba del mayor activo deportivo con que contaba el club para, sobre su venta, seguir construyendo una nueva plantilla. Fichar, revalorizar, vender, reinvertir: el ciclo de un club ganador. Que debería serlo también en el caso de los pericos, habida cuenta de que su presidente y propietario, Chen Yansheng, ya ha avisado por activa y por pasiva en estos últimos meses que no pondrá ni un euro más. Autosuficiencia. Y, sin buenas ventas de jugadores, ese plan resulta imposible de llevar a cabo.

Tampoco ayuda la política de fichajes. De la decena de incorporaciones de este verano, difícilmente podrá el Espanyol a medio o largo plazo hacer caja con ninguno salvo Edu Expósito (que tiene solo 24 años y un contrato hasta 2027) o, siendo optimistas, con Lazo (26 y 2027). El resto, o llegan con una edad que impedirá una venta posterior –como Joselu Mato (32), Martin Braithwaite (31) y, en menor instancia, Brian Oliván (28)– o directamente están cedidos, como es el caso de Álvaro Fernández, Benjamin Lecomte, Vinicius Souza o Dani Gómez. Con la salida de Raúl de Tomás y el margen salarial que deja para fichar en el mercado de invierno, de esas incorporaciones que vengan en enero deben salir, aunque parezca prematuro decirlo, alguna de las ventas del futuro.

Joselu, Expósito y Oliván, tres de los fichajes del Espanyol.
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Joselu, Expósito y Oliván, tres de los fichajes del Espanyol.Alex CaparrosGetty

Sí conseguirá el Espanyol con un poco de suerte beneficios a final de temporada si se ejecutan opciones de compra por Tonny Vilhena (Salernitana) o Víctor Gómez (Braga), pero se trata de minucias cuando el plan pasa por que las ventas sean la primera fuente de ingresos deportiva.

Fichajes al margen, al primer plano del escaparate pasa –si es que no lo estaba ya desde el verano de 2021– un Adrià Pedrosa que para colmo acaba contrato, aunque su renovación está prácticamente apalabrada. Y también otros canteranos, como debe ocurrir en un club que apuesta por su formación: Javi Puado (24 años), Nico Melamed (21) o, con el tiempo, un Wassim Keddari Simo que van camino de blindar a sus 17 años, y alguna otra perla procedente del filial. Obviamente, el gran baluarte de la actual plantilla es Sergi Darder, pero con 28 años acaba de renovar hasta 2026, por lo que no apunta a venta.

Obligado está el Espanyol a dar un giro de tuerca a sus actuaciones, si es que no a su política de autosuficiencia, para no ir debilitando más y más su plantilla, máxime cuando ni siquiera ha sido capaz de conseguir un euro de plusvalía, más bien 11,5 millones de pérdidas, por su jugador franquicia en el mercado. Ya sea el objetivo crecer, mantenerse en Primera o, simplemente, presentar una imagen atractiva y de futuro al próximo comprador del club.