El escaparate de Arabia
Lewandowski y Raphinha, dos jugadores que están en el disparadero y que ya fueron tentados este verano, ante la oportunidad de lucirse en Riad.
Arabia Saudí mirará estos días con curiosidad a Robert Lewandowski y Raphinha durante la Supercopa. A los dos les persigue la rumorología desde este verano; y a los dos les tentó el fútbol árabe en su festival de contrataciones que ha llevado hasta allí a Cristiano Ronaldo, Neymar o Benzema, entre otras grandes superestrellas.
Mientras a Lewandowski le persigue su edad, 35 años, y un rendimiento que ha bajado casi a la mitad entre temporada y temporada (el curso pasado cerró la primera vuelta con 14 goles y este lleva apenas nueve), a Raphinha le persigue la sombra de haber sido un jugador representado por D20, la empresa que gestionaba Deco y que disolvió cuando se convirtió en director deportivo del Barça. Antes, sin embargo, lo había llevado al club azulgrana por unos 60 millones de euros procedente del Leeds United. El brasileño también es cuestionado por su fútbol. A nivel de números, no hay demasiado que reprocharle. La temporada pasada compitió dignamente con Dembélé por un puesto, y acabó con diez goles y once asistencias. En la presente, lleva ya cuatro tantos y siete pases decisivos. Su compromiso y esfuerzo están fuera de toda duda. Sin embargo, una sombra de sospecha le persigue siempre. Sus críticos le reprochan que no tiene el punto de magia que exige a un extremo del Barça, que es limitado en el uno contra uno y su toma decisiones no es la más adecuada. Que le falta, en definitiva, creatividad para subir ese escaloncito que separa a los buenos jugadores de las estrellas. La temporada pasada, Raphinha se llevó uno de sus primeros grandes disgustos en Arabia. Xavi prescindió de él en la final para jugar con cuatro centrocampistas y, en adelante, siempre priorizó a Dembélé antes que a él (hasta que el francés se lesionó) para jugar como extremo derecho. Sin embargo, el que salió en verano contra todo pronóstico fue Dembouz con aquel recordado serial entre Dallas y Las Vegas.
Lewandowski brilló en la Supercopa de la temporada pasada. Marcó en las semifinales y en la final, donde también asistió a Gavi. Eran días felices para el polaco, firmado como referente para devolverle la hegemonía en la Liga al Barça. ‘Lewy’ cumplió parte del plan, pero su chispa se fue apagando a finales del curso anterior. En el actual, ha tenido varios arrebatos de orgullo y ha liderado remontadas de partidos de rango menor (Celta, Alavés), pero no se le ha terminado de ver en los grandes partidos, ni en Europa ni en la Liga. En Can Barça han cundido ciertos nervios porque tiene contrato hasta junio de 2026; y muchos temen tener que sufrir el ocaso del jugador, que además tiene una ficha ascendente en estos tiempos de precariedad económica. Xavi se ha visto obligado a tirar en ciertos momentos de Ferran, de La Masia (Marc Guiu) y el club ha fichado por 30 millones más 31 en variables a Vitor Roque, una apuesta de futuro. Pini Zahavi se ha reunido varias veces ya esta temporada con Joan Laporta y no es descabellado pensar en un escenario la próxima temporada sin el polaco, pretendido en Arabia, pero también en Estados Unidos. Pero si algo le sobra a Lewandowski es orgullo. Seguro que ha marcado en rojo la Supercopa para demostrar que sigue teniendo un estatus. En Arabia, como a Raphinha, lo van a mirar con curiosidad.
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