El detonante del despido de Setién: cuatro días libres para jugar un partido de veteranos

Quique Setién fue despedido el pasado martes del Villarreal tras un verano en el que el club y el técnico comenzaron a distanciarse. Desde la entidad castellonense se esperaba que el cántabro cambiara ciertas actitudes y formas de trabajar, pero no fue el caso. La cúpula del Villarreal decidió la continuidad de Setién por sus logros deportivos y su estilo encajaba en la filosofía del club, aunque se esperaba que de cara a su segunda temporada cambiara algunas de sus prácticas de trabajo que ya generaron controversia durante el curso pasado. Su idea de juego convencía, su metodología no tanto.

El Villarreal, en este sentido, incorporó nuevos técnicos para que se sumaran al equipo de trabajo de Setién. Pero el club se encontró con un entrenador poco receptivo a los cambios. La implicación de Setién con los técnicos contratados por el club no fue la esperada. Una situación que, desde la entidad castellonense, se asegura que empezó a generar cierto malestar y distanciamiento. Eso se sumaba a la confrontación con algunos pesos pesados de la plantilla.

Los malos resultados en pretemporada y en el arranque liguero les había puesto en alerta a los dirigentes amarillos, que se planteaban el futuro de Setién en el banquillo, tal como informó AS. Pero no se esperaba una destitución tan fulminante. Esta llegó porque una gota colmó el vaso de la paciencia del Villarreal. Bueno, dos. La derrota en Cádiz (3 puntos de 12) y la razón por la que Setién había programado cuatro días de descanso tras ese partido y que mantuvo pese a la derrota.

Setién tenía previsto participar en el Partido de las Leyendas entre España y Argentina, que finalmente fue aplazado. El partido se disputaba además en Santander y el cántabro estaba entre los convocados. Y llovía sobre mojado, porque el Villarreal tuvo que trastocar su agenda de final de temporada para que Setién acudiera al partido homenaje a Joaquín Sánchez en el Benito Villamarín.