El derbi vasco: ejemplo mundial
No hace tanto que terminó el Mundial de Qatar, donde las imágenes que nos mostraba la televisión de las aficiones parecían impostadas, con gente que se veía que poco sentía lo que estaba pasando en el terreno de juego, y donde siempre existió esa leyenda urbana que decía que la organización pagaba a gente local para que hiciera afición de una u otra selección y llenara las gradas, evitando el bochorno de ver campos casi vacíos de seguidores. Nada podía empañar el mundial de la vergüenza. Me viene todo esto a la cabeza después de haber disfrutado una jornada maravillosa con el derbi vasco entre la Real Sociedad y el Athletic Club.
Eso es afición. Y punto. Una forma maravillosa de entender el fútbol y de cómo debe disfrutarse en la grada. Es un ejemplo mundial y que estoy convencido de que si la FIFA ha visto las preciosas imágenes de la previa y ya dentro del estadio habrá sentido una envidia tremenda. Ha vuelto a quedar demostrado algo que defiendo desde que tengo uso de razón: este es el mejor derbi del mundo. Es la fiesta mundial del fútbol vasco. No digo que no haya tontos que intentan torpedear la habitual armonía que siempre reina en los derbis vascos. Pero en general es un ejemplo de cómo debe vivirse el fútbol. Y una fiesta de esta magnitud tenía que tener un dato histórico: con 38.296 espectadores fue el récord de asistencia del Reale Arena. Fue el merecido broche de oro.
En este fantástico ambiente se vivió un partido que se llevó merecidamente la Real Sociedad. Porque al margen de la polémica del penalti y la expulsión de Yeray, creo que la victoria es justa, a los puntos hizo algo más para lograr los tres puntos y dar un alegrón tremendo a su afición. Sinceramente, creo que se podía pitar penalti, pero entiendo el enfado que puede haber en Bilbao. Y no me gusta ganar con una jugada así de polémica. Pero me quedo con que ya entonces la Real iba ganando. Kubo hizo un partido memorable y se cobró su revancha particular del derbi amistoso del verano. Y Oyarzabal volvió a marcar, y eso hizo más especial todavía la victoria en el derbi vasco. La Real sigue soñando con la Champions. Ya no es necesario frotarse lo ojos para verla en tercera posición. Es que se lo está ganando en buena lid. Disfruten. Se ha vuelto a ganar el derbi vasco, el partido que más nos gusta ganar en Donostia.