El culebrón de las renovaciones
Las ampliaciones de Javi Guerra, Diego López y César Tárrega se alargan ante los focos.

Las renovaciones de Javi Guerra, Diego López y César Tárrega están en el foco mediático desde el primer día de la era Ron Gourlay. Y ahí siguen, sin cerrarse. Desde que el ejecutivo escocés fuera anunciado como nuevo CEO de Fútbol del Valencia, el pasado 29 de mayo, las ampliaciones de contrato de los tres canteranos (también la de Mosquera) estaban en la carpeta de asuntos prioritarios a resolver. Pero 54 días después de su nombramiento y tras 15 días ya ejerciendo sus labores en las oficinas de Mestalla, con Mosquera traspasado al Arsenal, ninguno de los otros tres canteranos se han hecho aún la típica fotografía posando con una camiseta con el año de vinculación como dorsal.

El culebrón de las renovaciones de Javi Guerra, Diego López y César Tárrega llama más la atención por la forma que por el fondo. Los cruces de propuestas son el pan nuestro de cada día en este tipo de negociaciones, si bien, el juego mediático que les rodea y el concepto de ‘pack’ que desde el club se les ha dado a estas renovaciones es atípico. Cada caso es un mundo, a cada futbolista le representa un agente diferente; sin embargo, desde el Valencia se les ha dado a las tres renovaciones una uniformidad a partir de una premisa: son operaciones estratégicas y por ello se ha escenificado que quien tiene mando en plazo para resolverlas es Ron Gourlay.
El ‘super jueves’ de reuniones
Ese papel relevante de Ron Gourlay, lógico a tenor de su cargo, se ha evidenciado de dos maneras: primero, informando a las respectivas agencias de Guerra, Diego López y Tárrega que las renovaciones se abordarían una vez el escocés estuviera en Valencia; después, con ese carrusel de reuniones en las oficinas, un desfile en tiempos programados de Javier Garrido (Guerra), Fede Marco (Tárrega) y Gelu Rodríguez (Diego López); y, por último, con sus mensajes sobre el proyecto que quiere implantar por mandamiento de Kiat Lim.
A cada uno de ellos Ron Gourlay les contó lo mismo: la apuesta del club por dar valor a la gente de la casa, en el que sus representados van a tener un protagonismo estelar, siendo vitales cada uno de ellos para Corberán, y recalcándoles que el objetivo es volver a Europa, lanzándoles ese mensaje a modo de voto de confianza en el proyecto. Lo curioso, sin embargo, pese a que ya en mayo en Singapur se habló de estas renovaciones, es que los tres agentes se marcharon de las oficinas sin saber nada concreto de la oferta de renovación, dándole al culebrón capítulos y lugar a las diferentes versiones. El cónclave fue una mera toma de contacto para entender “qué lleva Ron en la cabeza”.
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El Valencia no remitió sus respectivas ofertas hasta la última hora de la tarde del pasado viernes, ocho días después del ‘super jueves’ de reuniones. Las tres, de nuevo al mismo tiempo, como si los emails hubieran estado también programados. Entre medias, horas antes del envío de las ofertas, el Valencia anunció la renovación de Jesús Vázquez, negociada y cerrada sin fuegos de artificio. Lógicamente, las ofertas de Javi Guerra, Diego López y César Tárrega son unipersonales. Cada uno tiene sus condiciones de salarios, tiempos y ‘flecos’, que son las que los respectivos agentes tratan ahora de mejorar o pulir, dándole con las contraofertas más vida al culebrón de las renovaciones, las cuales todo sea dicho se confía desde el club en que llegarán a buen puerto para el debe y haber de Ron Gourlay.
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