El broncazo de Xavi: “Si no tenéis alma, no podéis estar en el Barça”
El técnico exigió a sus hombres una reacción tras la nefasta imagen de la primera parte. Lo hizo con contundencia, tocando la fibra y apelando al orgullo.
Difícilmente los jugadores del FC Barcelona olvidarán los poco más de quince minutos del descanso en Almería. Durante el tiempo que estuvieron recluidos entre las cuatro paredes del vestuario visitante del Power Horse Stadium, tuvieron que aguantar el chaparrón de reproches y lamentos de su entrenador, Xavi Hernández, ante la imagen lamentable que dio el equipo en la primera parte. “La peor de la temporada”, según llegó a reconocer en rueda de prensa al final del partido, haciendo especial hincapié en la falta de intensidad de sus jugadores y en los pocos recursos a la hora de ganar los duelos individuales.
Sin embargo, en la privacidad del vestuario fue mucho más claro y rotundo a la hora de mostrar su enfado monumental. Cuando apareció el técnico, con un rictus serio y visiblemente enojado, se hizo el más absoluto silencio dentro del recinto. Xavi empezó una de las broncas más explícitas y contundentes que se le recuerdan, sin dejar títere con cabeza y siendo duro y seco en todos y cada uno de sus argumentos.
“Si no tenéis alma, no podéis jugar en el Barça”, fueron algunas de las frases que retumbaron en el vestuario ante la resignación de una plantilla, que había tocado fondo en los primeros 45 minutos. “Ya no os pido que juguéis mejor o peor, sino que tengáis orgullo”, recalcó con insistencia el entrenador, “no podemos seguir ni un minuto más así, que somos el Barcelona y nos están toreando”, recriminó a los suyos.
Tras los reproches, sólo hemos enumerado algunos de los muchos que cayeron, llegó el momento de la calma y reordenar la pizarra, con el primer cambio en ciernes: Franck Kessié, uno de los más desaparecidos en la primera parte, ‘saltaba’ del campo para dar entrada a Raphinha, cambiando asimismo el dibujo a dos extremos abiertos, con el fin de encontrar más recursos ofensivos ante la numantina defensa implantada por Rubi.
Al final, ni la bronca ni los cambios fueron suficientes para revertir el resultado del partido, pero al menos en la segunda parte se vio un equipo aguerrido, intenso y con una actitud más beligerante en el campo. La reprimenda había acabado teniendo efecto, sólo en parte...