El Betis se dispara y el Sevilla se despeña
Subidón emocional verdiblanco que culmina su ‘sorpasso’ a los de Nervión logrando una victoria en el Sánchez-Pizjuán y enlazando dos derbis seguidos con triunfo
La victoria del Betis sobre el Sevilla en el derbi disputado en el Sánchez-Pizjuán supone la guinda definitiva al ‘sorpasso’ de los verdiblancos sobre los de Nervión. Porque tras ganar el último derbi disputado en el Villamarín, haber estado por delante en 127 de las últimas 130 jornadas de Liga o pasear el nombre de la ciudad por Europa en solitario desde la pasada campaña, llegó el anhelado triunfo en Nervión. Una victoria como visitante en un derbi que se resistía desde el 6 de enero de 2018.
A efectos prácticos, al Betis el triunfo le sirve de respaldo moral. Que no es poco, pero clasificatoriamente no le sirve más que para afianzarse en el el quinto puesto y mantener las distancias con Atlético y Villarreal en la pelea por la Champions y con el Espanyol, su perseguidor. Todos los de arriba ganaron y el Betis también cumplió. Pero el estado de felicidad está declarado en todo el beticismo por la distancia sideral que se observa con su eterno rival.
En el Sevilla, todos son caras largas. Y no es para menos. Un triunfo en los últimos cinco partido contemplan a un Almeyda al que su discurso cada vez le sirve de menos. La plantilla tiene unas carencias que ya no se tapan ni con actitud ni con entrega, el descenso se acerca un punto más y la ilusión de una temporada tranquila mirando hacia arriba está más que apagada. Para colmo, en Nervión se ve aún más claramente cómo han cambiado las tornas, porque la superioridad del Betis ha sido ejercida por el Sevilla muchos años y ya no queda ni la sombra.
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El desquiciamiento de la grada del Sánchez-Pizjuán en el tramo final del encuentro ejemplificó también el momento por el que pasan una y otra afición. Más allá de los injustificables lanzamientos de objetos que generarán un más que merecido cierre parcial de la grada de Gol Norte, la mayoría de la afición ni siquiera esperó a la reanudación del encuentro para marcharse a su casa harta de estar harta. Los 600 aficionados visitantes, mientras, festejaban y reían, puesto que si los locales pedían la dimisión de la directiva, los béticos no lo podían tener más claro. El “Júnior, quédate” resonó, puesto que el actual presidente del Sevilla es a quien unos y otros culpan y agradecen la actual situación.
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