El banquillo de oro del Atlético

Contra el Villarreal, Simeone metió desde el banquillo a Llorente, que regaló el 2-1, y luego a Correa, Lino y Barrios, y entre estos dos fabricaron el 3-1. El técnico lo celebró con entusiasmo: “Los cambios nos dieron vitalidad, frescura y velocidad”. Al Cholo el banquillo le funciona, hasta el punto de que sus suplentes son los más goleadores de las grandes Ligas: llevan siete tantos ya —solo igualados por los de Arsenal, Brighton y Nápoles y por delante de Barça (6), Rayo y Las Palmas (5)—, más otros dos en Europa. La receta de los minutos de calidad sale a cuenta en el Atlético. “De eso se trata en un equipo, de tirar todos del grupo”, reza Simeone.

Entre Liga y Champions, siete rojiblancos han visto puerta sin ser titulares y algunos de ellos han sido decisivos. Morata y Lino han celebrado dos tantos cada uno como hombres de refresco; Memphis, Riquelme, Llorente, Correa y Saúl han marcado uno por cabeza. El entrenador explica lo relevante que es esto para el equipo: “Cuando tengo tantos jugadores, me imagino un partido largo. Hay un cansancio en el rival que aparece y un paso diferente en los que entran. Los necesitamos”. Es a partir del minuto 75 cuando más goles se marcan en Primera (25%) y en el Atleti la cuota es aún mayor (31%), por lo que el peso de los suplentes se hace fundamental.

Calidad... y cantidad

Por eso, también es clave que el equipo haya ido vaciando la enfermería y ampliando así el abanico de recursos. Correa ya es habitual en el rol de agitador y Lino, tras regresar de su lesión, y Llorente se han reivindicado actuando como revulsivos de lujo en los últimos encuentros. Para las próximas citas, y después de casi dos meses fuera por lesión, se espera por fin a Memphis para que dé aire a Morata y Griezmann y vuelva a exhibir su pegada: como rojiblanco solo ha jugado 453 minutos desde que llegó en enero, pero ha marcado seis goles.

Unos buenos suplentes sirven además para reactivar la competencia interna del equipo, otra de las exigencias de Simeone. Por ejemplo, el duelo que se ha creado en la izquierda con Lino y Riquelme. “Que me duela la cabeza cuando tenga que dejar a uno fuera”, comenta el Cholo. Por eso, también hay pellizcos cuando entiende que los reservas no entran como deben, como ante el Alavés. El míster presume de su plantilla, por calidad y por cantidad, y exige tanto a los titulares como a unos suplentes que sí responden y aportan cifras.

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