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REAL MADRID

El año de Rodrygo

La mejor temporada del brasileño sigue ganando decibelios. Su doblete al Sevilla deja su cuenta goleadora en 19 tantos, 12 en 2023. Sin Vinicius y Benzema, crece como líder.

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Dos goles más al zurrón. Y qué goles. Rodrygo ha evolucionado esta temporada, la mejor de su todavía incipiente carrera (22 años), y los chispazos han derivado en alto voltaje. En el Sánchez Pizjuán, con un Madrid de dominancia estéril, encontró petróleo con un doblete de pincel fino. “Difícil elegir. Fueron dos goles bonitos”, reconoció el MVP de la noche. Primero, de falta directa. Al palo de Bono cuando este le esperaba en el opuesto. Después, un tanto directo al Prado. Y ya lleva varios de museo este curso. Kroos encontró su carrera y El Rayo zigzagueó cual bailarín, hizo un nudo a Montiel y empujó a la red la remontada al Sevilla. Sin Benzema, sin Vinicius, Rodrygo gana decibelios.

Ya son 19 tantos cuando hasta ahora su techo eran nueve. Más que duplicado el récord y con 11 asistencias que colocan en 30 su participación directa en goles esta temporada. Y con un partido por delante (domingo ante el Athletic) donde buscar la veintena anotadora. Le hubiera gustado sellar la cifra en la capital andaluza, pero Ancelotti tenía otros planes. “Él quería marcar, yo ganar el partido”, razonó Carletto, que quitó hierro al mosqueo de Rodrygo cuando vio cómo la tablilla marcaba el ‘21′ en el 81′. “Estaba un poco enfadado, quería el hat-trick, pero no pasa nada”. Ambición de un futbolista que se sabe de dulce.

Rodrygo se encontró en Sevilla como único atacante con un batallón de centrocampistas a sus espaldas. Como nueve. Y de los de verdad, nada de falso. Un delantero centro combinativo que bajó a recibir, muy móvil y con personalidad. La primera gran ocasión, en la que apareció donde el killer debe estar, le faltó tino al no embocar un centro de Lucas que destilaba olor a empate. Cuando Tchouameni cayó en la frontal, agarró el balón y no dudó, a pesar de tener galones ávidos de lanzar a sus costados (Kroos, Alaba). Cantó bingo, como lo haría posteriormente para decidir su segundo partido consecutivo. Porque contra el Rayo enjauló otro tanto con un golpeo milimétrico con el interior. Con tanta naturalidad y sencillez que jugaba en su contra por restarse importancia. Tres goles en dos encuentros. Ocho en los últimos once. Y 12 de los 19 han llegado en 2023. El año de Rodrygo.

El rey del KO

Comenzó pronto, sacando al Madrid del barbecho en Cáceres en un Príncipe Felipe que amenazaba con atragantar las uvas a los blancos. Con un tanto de bandera, además. Continuó su idilio con el torneo del KO enviando a la prórroga el duelo de cuartos frente al Atleti y en la final contra Osasuna, doblete. La Copa del Rey estaría en otra vitrina de no ser por el de Osasco. En Liga también ha regalado actuaciones soberbias, alguna incluso sin el premio del gol. Véase Cádiz, donde no le quedó grande el traje de Vinicius en banda izquierda. Y, por supuesto, en su competición fetiche, una Champions cuyo himno le eriza la piel y le afina la puntería. El Chelsea en Stamford Bridge fue víctima de otro doblete, el primero de los tres de 2023.

El líder silencioso

Benzema lleva 30 goles, Vinicius 23 y Rodrygo 19. Un tridente de 72 goles donde el de Osasco ha adoptado el rol de líder silencioso. En ausencia de sus socios, es la alternativa cuyo acierto supone casi pleno de victorias. De los 16 partidos en los que Rodrygo ha marcado, 15 han terminado en victoria para su equipo. Todos menos el 3-2 de Leipzig de la primera fase de la Champions. Un Madrid casi infalible si hay celebración del Rayo. La batalla por la titularidad ya la ha ganado: ha salido de inicio en 40 de los 56 partidos que ha disputado. Con 3.761 minutos, es el quinto futbolista más utilizado por Ancelotti. En la derecha, la izquierda o el centro. El revulsivo se ha convertido en titularísimo. Y mira al Athletic con ojos inyectados en ambición: “Estoy muy bien, muy contento. Sabía que era natural que esta temporada metiera más goles, porque iba a jugar más. Todavía queda un partido y quiero meter más”.