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Diego López entra por la puerta de la historia del Espanyol

“Mi familia siempre será perica”, explicó el gallego en su acto de despedida, donde dejó claro que él quería seguir.

Diego López.

En un acto emotivo en la Sala President del RCDE Stadium, acompañado de su familia y de otros ilustres de la entidad como Joan Capdevila, Rafa Marañón o Coco Bertomeu, Diego López dijo adiós al Espanyol después de seis temporadas. El portero se emocionó y mostró sus valores en un discurso en el que ensalzó el sentimiento perico que ha impregnado a sus próximos, la exigencia con la que ha afrontado cada día y el deseo incumplido de continuar una campaña más como portero de la entidad blanquiazul. “Espero que no sea un adiós y poder volver en el futuro”, explicó.

A Diego López se le entregó una insignia de oro “en reconocimiento como capitán y jugador que ha hecho historia” mientras que la Fundación ha iniciado el estudio para “designarle una puerta en el estadio”. Además, se le hizo entrega de un brazalete de capitán y de una camiseta con el dorsal 213 en referencia a los encuentros jugados con el equipo blanquiazul. “Es un día muy triste, mi deseo era seguir ayudando al club pero lamentablemente no pudo ser”, se arrancó el portero gallego de 40 años.

Diego López y familia.
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Diego López y familia.

Diego López tuvo palabras de agradecimiento para todo el mundo. De los técnicos a Chen Yansheng pasando por los servicios médicos o Jesús Salvador y Tommy N’Kono, con quienes “ha aprendido a ser mejor profesionales”. Incluso se disculpó con sus compañeros “por ser tan exigente con ellos, pero esos son mis valores”. Ese ha sido el secreto de su éxito y de ser tan querido por la afición. “Mi familia será siempre perica”, soslayó el meta, que reconoció que fue “duro” decirle a sus hijas que tenía que abandonar Barcelona, una ciudad “poderosa que nos ha hechizado”, como cantaba Peret.

En estas seis temporadas, el portero y capitán se queda con el dulce momento de la imbatibilidad en la Liga y con el “éxtasis” de la clasificación europea, pero también con “la tristeza” del descenso. “Me siento feliz y honesto, creo que me vacié en cada entrenamiento”, reflexionó, mientras considera que para que el Espanyol crezca necesita tener “exigencia, ambición, hambre y unión”: una receta infalible.

Diego López y la afición.
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Diego López y la afición.

Ahora el portero busca un nuevo destino porque se siente “con fuerza” para seguir jugando y luego ya espera iniciar una etapa ligado al fútbol ya sea en un despacho o en un cuerpo técnico. Es ahí donde su futuro puede estar ligado al del Espanyol aunque su despedida no fue la que él hubiera deseado. “Me hubiera gustado despedirme en el campo, pero entiendo que no es fácil tomar decisiones”, recordó. Incluso comentó que le llamó Diego Martínez para valorar con él su no renovación.

El estadio no estuvo lleno, pero alrededor de 300 pericos se acercaron para despedir al portero, acompañado de su familia en todo momento. Diego López escuchó a coro su nombre, se despidió entre aplausos y como un caballero que ha defendido la portería del Espanyol y ha entrado por la puerta de la historia. Su nombre quedará grabado en el RCDE Stadium.