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BETIS-BARCELONA

Día uno sin Guardado

Pellegrini trata de ordenar un centro del campo que perdió al mexicano y a Guido en sólo unas semanas. Aparece Johnny mientras el chileno busca más líderes de vestuario.

Actualizado a
Guardado entrega su brazalete a Fekir.
Jose Manuel VidalEFE

El Betis afronta su cita ante el Barcelona con muchos focos puestos en su centro del campo. Hay razones para ello. Manuel Pellegrini vio cómo Andrés Guardado pasaba en sólo cuatro días de firmar uno de sus mejores partidos como verdiblanco a anunciar su marcha al fútbol mexicano. El centrocampista, que terminaba su actual contrato como bético en junio, anticipó su adiós con el sí de su técnico y del club. Pero el escenario muestra varias incógnitas en el día uno de su salida. ¿Tiene piezas de garantía Pellegrini para suplirlo? ¿Acudirá al mercado con la suficiente capacidad económica para reemplazarlo?

El problema que impulsa Guardado en la medular bética ya había sido creado por Guido Rodríguez hace unas semanas con una lesión que lo apartó por varios meses. La respuesta de la dirección deportiva dirigida entonces por Ramón Planes fue la de traer a Johnny Cardoso. El estadounidense de origen brasileño quiere debutar ante el Barcelona en lo que considera un sueño. Que Pellegrini se lo conceda es otra historia. Al técnico le gusta que los recién aterrizados se impregnen de la idea de juego y de cómo se mueve cada uno de sus compañeros. Quizás no hubo tiempo para ello. La otra vía para suplir a Guardado es Sergi Altimira, ese brillante joven que conquistó Sabadell y que fue vigilado también por el Barcelona. Se saltó etapas, según Pellegrini, en esta campaña en la que trata de dar el salto definitivo a la élite cuando hace meses ni siquiera había jugado en Segunda División. Una carrera exprés que ahora requiere de más aceleración tras marcharse Guardado.

Pero hay más preocupaciones en torno a esa despedida del mexicano. Se marcharon del Betis Joaquín, Canales y Guardado en sólo unos meses. Tres capitanes y tres líderes de vestuario. El brazalete se queda en manos de un Nabil Fekir que cuenta los días para poder vivir una titularidad que le multiplique la confianza en que algún día pueda volver a ser el Fekir de siempre. Sueña con ello Pellegrini, sabedor que el francés es un recurso de altos vuelos si consigue dejar en el pasado sus problemas físicos y recuperar ese cambio de ritmo tan vertiginoso. Hay jugadores disfrazados de líder como Pezzella o incluso el recién llegado Marc Roca, pero Pellegrini se queda sin grados de experiencia en un vestuario que quizás la necesite más que nunca.

La cita ante el Barcelona puede marcar un antes y un después en este Betis post-Guardado. Pellegrini siempre supo reinventarse tras algunos reveses del pasado. Encontró la respuesta notable de su plantilla e incluso de jugadores que parecían destinados a seguir en la sombra. Los focos vuelven a advertir que Pellegrini debe ser la respuesta. El chileno tiene las llaves de una plantilla que debe emprender ese rumbo a Europa con más adversidades que nunca y a sabiendas que el mercado no podrá resolver demasiadas premisas debido a ese imprevisible y complicado contexto económico que atraviesa la entidad.

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