Derrota difícil de digerir ante el Girona
A estas alturas está todavía el Girona asimilando que logró sumar los tres puntos ante el Valladolid. Es complicado digerir una derrota como la sufrida por los hombres de Pacheta cuando se juega mejor que el rival pero, por unas circunstancias o por otras, se regresa a casa de vacío. Y esas circunstancias son culpa propia y culpa ajena. La ajena, la actuación arbitral, lamentable, a la hora de no señalar el clarísimo penalti cometido sobre Plata. Grave lo de Soto Grado y escandaloso lo de Jaime Latre en el VAR. El nombre de este personaje persigue con saña desde hace tiempo al club blanquivioleta. Un lastre para el arbitraje y para La Liga. Culpa ajena también el paso que dio Michel para ganar el partido quitando un central para ganar un hombre ofensivo. Una pena que Pacheta estuviera tan condicionado con los cambios porque hubiera estado muy bien haber podido tener a dos delanteros en el tramo final como sucedió ante el Almería. Y los errores propios son evidentes con la falta de eficacia en las áreas. Poca contundencia a la hora de defender los balones parados y poca rentabilidad a los que se tuvieron en ataque y que se fueron marchando uno tras otro por el sumidero. Si el Valladolid quiere sobrevivir en esta Primera División, es urgente que sea más contundente atrás y tenga más colmillo arriba. Solo así se ganan los partidos.
En cualquier caso las sensaciones del Real Valladolid fueron buenas y se vieron cosas realmente prometedoras. Me gustó mucho el partido de Kike. El toledano está ganando protagonismo y cada vez tiene más galones en el equipo. Bien Monchu, no solo por el gol. Bien Fresneda, a pesar de la última acción del tanto del Girona, actuando con mucho aplomo y dando la talla a pesar de su edad. En líneas generales vimos un buen Valladolid, que jugó un buen fútbol durante muchos minutos pero que, eso es lo que queda, se volvió con una derrota. Por cierto, Roque Mesa no puede cometer errores de principiante con la experiencia que tiene. Queda retratado en los dos goles de manera evidente.
Es momento de poner toda la carne en el asador y pensar que se está en el buen camino, pero que para ganar en Primera hay que hacer muchas cosas bien durante muchos minutos y pocas mal. Los fallos penalizan mucho y ya se está comprobando. Y el viernes el Cádiz, enemigo herido y, por ello, doblemente peligroso. Partido especial con la vuelta de Sergio a Zorrilla además del regreso de Alcaraz y de Fede San Emeterio. Pero su etapa aquí, la de todos ellos, ya es pasado. Ahora defienden otro escudo y es otro el club que les paga. Un Cádiz que llega a la desesperada y con la enorme ansiedad que produce el que no hayan podido sumar un solo punto todavía. Tiene toda la pinta de que no habrá término medio. O el Valladolid apuntilla a Sergio o Sergio salva la cabeza en Zorrilla, precisamente aquí, donde logró un ascenso y dos permanencias y tuvo el definitivo borrón del descenso. El fútbol sigue y ahora los caminos de Sergio y el Valladolid están muy separados. No cabe duda de que será un partido, el del viernes, con un toque bastante especial y que esperemos gane el Valladolid, aunque a Sergio le cueste el puesto. Ese será un problema del Cádiz. Es la ley del fútbol.