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SEVILLA

Delaney, el año de la verdad

Tras llegar como fichaje estrella del verano, pasado, el centrocampista danés defraudó en su primera temporada pero el Sevilla no le pierde la fe. En noviembre llega el Mundial y debe brillar si quiere ir con su selección.

Delaney disputa un balón con Mbappé durante el Francia-Dinamarca.
Catherine SteenkesteGetty

Thomas Delaney agota estos días la temporada con la selección danesa, en la que no para de sonreír desde que los nórdicos sorprendieran al Mundo con una gran Eurocopa el pasado verano. La Dinamita Roja logró con facilidad la clasificación para el Mundial de Qatar y ahora se maneja en el grupo A1 de la Liga de Naciones con una soltura propia de las grandes selecciones continentales, líder tras ganar a domicilio a Francia y Austria. Este viernes recibe a Croacia y el lunes, a los austríacos para confirmar su candidatura a entrar en la Final Four.

Titular contra Francia, Delaney descansó algo más ante Croacia y sólo jugó los minutos finales, pero sigue siendo un fijo en el once de Kasper Hjulmand. Thomas rinde en su selección como no lo ha hecho durante su temporada de estreno en el Sevilla, víctima de las lesiones y también de alguna novatada en LaLiga. Llegado en los últimos estertores del mercado veraniego, el danés tardó en entrar en las alineaciones de Lopetegui y en su segunda titularidad, ante el Espanyol en Nervión, resultó tontamente expulsado por González Fuertes y puso en peligro una victoria que el Sevilla acabó por certificar al final.

También vería otra roja, sin consecuencias asimismo, en la vuelta de Europa League contra el Dinamo de Zagreb. Y cometería un penalti infantil contra el Lille que encauzó la victoria francesa en Champions, en el Ramón Sánchez-Pizjuán. Los problemas musculares, alguno sufrido mientras estaba como ahora con su equipo nacional, han dejado KO a Delaney más de dos meses de competición. Eso y cierta falta de confianza producto de sus malas decisiones sobre el campo pesaron demasiado, pero en el Sevilla se le sigue teniendo fe.

Para muchos, Thomas fue uno de los golpes de mercado de la 2021-22. Seis millones de euros pagó el Sevilla por un centrocampista que en el Borussia Dortmund había alcanzado el primer nivel y que, ya en la madurez (tenía entonces todavía 29 años), podía aportar equilibrio y llegada a la construcción blanquirroja. Firmó por cuatro temporadas, hasta 2025. Al final, el nórdico ha actuado en 29 partidos de LaLiga (dos goles y una asistencia), 4 en Champions, 3 en Europa League y 2 en Copa. Pero le faltaron titularidades y muchos más duelos seguidos como inquilino del centro del campo sevillista. Si consigue entrar en la rueda, eso creen en Nervión, cumplirá con buena parte de las expectativas que creó.