BARCELONA

Deco se ahorra el ‘club de amigos’

En algunos sectores de la comisión deportiva del Barça había alguna reticencia sobre la entrada en el vestuario de Nico, pero ahora, al brasileño y a Laporta les tocará lidiar con la decepción de Lamine.

Ferran, Fermín, Nico, Lamine y Pedri, en Múnich durante la previa de la semifinal de la Eurocopa de 2024.
MIGUEL MEDINA | AFP
Juan Jiménez
Redactor jefe de AS. Fue colaborador en AS (2000-04) y, después de pasar por Málaga Hoy, regresó como jefe de Sección en Málaga. Delegado de Andalucía entre 2009 y 2012, colaboró en la integración digital-papel de AS en Madrid. Cubre la información del Barça y la Selección de baloncesto. Tres Juegos Olímpicos. Colaborador de SER, Canal Sur y Gol.
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“El hecho de que sean amigos (Nico y Lamine) está bien, pero esto no es un club de amigos. Luego, si se llevan bien, mejor”. La frase, pronunciada por Deco en una entrevista a La Vanguardia, estuvo a medio camino entre la rigidez y la conciliación. El director deportivo, en ese momento, veía de azulgrana al futbolista del Athletic. Dos días después, de hecho, el representante del futbolista, Felix Tainta, comunicó al club rojiblanco que Nico se quería ir.

Quedaba claro, sin embargo, que Deco quería marcar distancias. Aceptaba el fichaje de Nico, puesto que su prioridad era Luis Díaz pero Flick y Laporta querían al extremo del Athletic, pero no quería que se le escapara el vestuario, una de las grandes claves del éxito del Barça 2024-25 según coinciden muchas fuentes. El 16 de junio, la Cadena SER había informado, a través de periodista Santi Ovalle, de ciertas dudas en la comisión deportiva del Barça sobre el encaje de Nico en el vestuario del Barça conociendo su gran relación con Balde, Lamine y otros jugadores. El club creía que era fundamental no caminar hacia épocas recientes en las que el vestuario había alcanzado cuotas de poder insospechadas a las que no se había puesto coto y que se le habían vuelto en contra con el paso de los años.

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Los temores de la planta noble, lógicamente, no han sido los que han frustrado el fichaje de Nico por el Barça. Más bien al contrario, han sido los miedos de Nico a que el Barça no le inscribiera los que provocaron la marcha atrás final. Al Barça ahora, sin embargo, le tocará gestionar con el vestuario el fiasco de la operación. El mismo Joan Laporta había anunciado antes de la renovación del futuro ‘10’ del Barça que el club le intentaría rodear del mejor entorno posible y ahí entraba, por ejemplo, el fichaje de Nico. El club de amigos, sin embargo, tendrá que esperar o seguirá sin Willliams.

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