REAL MADRID - RAYO VALLECANO | DE TOMÁS
De Tomás: “Sueño con volver a la Selección representando a Vallecas”
El delantero del Rayo lleva dos goles y ambos contra sus ex: Valladolid y Espanyol. Ese último cerró un capítulo, que conllevó dolor y aprendizaje. Ya piensa en el Madrid y en seguir sumando dianas.
Raúl de Tomás (Madrid, 1994) sonríe. Ha llegado el momento de romper el silencio, de sentarse y abrirse, proyectando cómo es en realidad y no como algunos le han dibujado. Se muestra cercano y maduro. Su salida del Espanyol fue difícil y estos meses también, pero todo aquello está superado. No hay rencor, sino aprendizaje. No hay dolor, sino esperanza. Su gol de penalti el pasado domingo fue el espaldarazo definitivo. Es momento de seguir creciendo de la mano del Rayo, ese equipo al que veía de niño junto a su padre desde la tribuna alta de Arroyo del Olivar. Ese que le ha devuelto la ilusión. Aquí siente el abrazo de sus compañeros y de su hinchada. “La gente tenía más ganas de que marcara incluso que yo”, bromea. Junto a él, en la pequeña sala donde charla con AS, se encuentra una tortilla de patata de Lola, la aficionada que también le regaló un amuleto para espantar lo malo. Funcionó. Ahora, el delantero se reencontrará con el Madrid y con Ancelotti, quien le hizo debutar con el primer equipo en Copa contra el Cornellà, un 29 de octubre de 2014. Este miércoles, RdT pisa el Bernabéu dispuesto a seguir con su racha, la de marcar a sus ex. Valladolid y Espanyol pueden dar fe. Y aunque Europa suena a utopía, todo parece más fácil con esa sonrisa. Porque la suya es la de todo Vallecas...
—Lo primero, ¿cómo se encuentra?
—Últimamente, mejor. He ido encontrando mi lugar. La adaptación ha sido fácil por donde estoy, por los compañeros y por la gente. Al principio me costó un poco más por llevar tanto tiempo fuera, entre comillas, de la competición.
—¿Cómo fue su reencuentro con el Espanyol?
—Fue un partido especial porque venía de allí. No salió como queríamos. Era importante para nosotros, pero hay que pensar en el siguiente e intentar terminar la temporada lo mejor posible.
—¿Cómo han sido estos meses, después de una salida que no fue fácil? ¿Ha sufrido?
—Han sido meses muy difíciles para mí. He aprendido muchísimo. No voy a decir que me ha venido bien porque evidentemente estaría mintiendo. Hubiera preferido estar jugando desde que salí del Espanyol. Pero miro atrás y, en lo personal, he entendido situaciones que no hubiera entendido de no haberme pasado lo que pasó. He dado un pasito más en mi madurez. Aprendí a gestionar otro golpe duro que me dio la vida. Me siento orgulloso de cómo lo he afrontado todo. Ahora las cosas están en su sitio.
—De todo lo sucedido, ¿qué es lo que más le dolió?
—Que intentaran hacer ver que el malo de la película era yo y otros, los buenos. No era necesario. Me merecía un respeto, después de los años que había estado allí. A pesar de que me fuese, podían haber hecho las cosas de otra manera. Con un simple gracias hubiera sido suficiente. No necesitaba nada más. Pero fue todo lo contrario. Hubo dos personas del club, el técnico Diego Martínez y el director deportivo Domingo Catoira, que decidieron que no estuviera allí. Fueron los únicos que desearon que no siguiera.
—Se dibujó a un RdT muy diferente al que pasó por Vallecas...
—Aquellas palabras le dolieron a mi entorno tanto como a mí. Ellos saben, incluso compañeros del Espanyol, que yo no soy ese tipo de persona, ni lo que querían pintar. Era su manera de que pareciera que yo era el malo y ellos, los buenos. El domingo saludé a toda la plantilla del Espanyol. Mis excompañeros me vinieron a abrazar y a desearme lo mejor. Si realmente yo fuera ese tipo de persona que vendieron, la gente no se hubiera acercado. Con eso me quedo. No tengo que demostrar nada. No soy la mejor persona del mundo porque evidentemente tengo mis defectos, pero no soy ese que ellos pintaron.
—De hecho, no celebró el gol por respeto.
—Soy una persona respetuosa. Podía haberlo celebrado y no hubiera pasado nada porque no lo hubiera hecho como una revancha. Simplemente, no procedía. No tenía necesidad. La gente de verdad del Espanyol no se merece pagar mi duelo con esas dos personas del club.
“Lo que más me dolió es que intentaran hacer ver que yo era el malo de la película y otros, los buenos. Con decirme gracias hubiera sido suficiente”
—Hablábamos de vendetta, pero usted lo afronta todo ya con mucha serenidad.
—Mi mejor arma durante todo este tiempo ha sido el silencio. He trabajado, he aprendido, he sufrido... pero sin hacer daño a nadie. Ellos, todo lo contrario. Quisieron manchar mi imagen y al final las cosas siempre terminan volviendo a su sitio. Gracias a Dios, estoy volviendo a recuperar la ilusión. Ese dolor me ha hecho aprender y no querer venganza.
—¿Cómo vivió aquel frenético día de cierre de mercado estival?
—Fue una noche mala. Estuvimos en un hotel de Barcelona muchas horas. Tenía también ofertas de clubes de ligas árabes y demás. Estuve hablando con el presidente por teléfono y realmente quería venir aquí. Ya conozco el club, sabía que iba a estar bien, la gente me iba a cuidar, estaba en mi casa, en Madrid... Entre el Espanyol, el Rayo, los representantes... no nos entendimos y se pasó el tiempo. Esa es la realidad. La gente quizá piensa que había algo más, pero no conseguimos llegar a un acuerdo y cuando nos quisimos dar cuenta habían pasado las 00:00 horas.
—¿Qué significa el Rayo para usted?
—Es mi casa. Recuerdo, como si fuera ayer, cuando mi padre me llevaba al campo. Estoy muy agradecido al Rayo y al esfuerzo que ha hecho para que esté aquí. El presidente (Presa) fue el único que cuando pasaron las 00:00 dijo que iba a hacerlo y se hizo. Podía haber pensado, no voy a comprar a un jugador por once millones y tenerlo parado durante seis meses. Fue valiente y no me dejó tirado. Cumplió con su palabra. A él y a todo el rayismo les doy las gracias.
—¿Cómo eran esos partidos en Vallecas siendo niño?
—Me gustaba mucho ver a Lopetegui con la gorra. El Rayo llevaba la camiseta de la abeja y nos sentábamos en la tribuna alta de Arroyo del Olivar. Muchas veces cuando caliento, miro hacia mi sitio y recuerdo esa época. Me hace muy feliz. Venía con mi padre y ahora él está en la grada y yo, en el campo. En ese momento, nunca me lo hubiera imaginado...
—¿Ser el fichaje más caro del Rayo pesa o estimula?
—También lo fui en el Espanyol y en el Benfica, el segundo más caro de su historia. Es una responsabilidad y lo tienes que demostrar en el campo. A mí me motiva. Eso significa que confían en ti, que eres un jugador importante y que si pagan esas cifras es que lo tienes dentro. Tengo que sacarlo y ayudar al club a seguir creciendo. Es mi prioridad.
—¿Cómo llevó la inactividad?
—Entrenaba y entrenaba, pero cuando llegaba el fin de semana y no podía competir, se me hacía pesado. Si hubiera sido todo normal, no habría aprendido tanto. De lo malo, hay que sacar lo bueno. Esto me ha servido mucho a nivel mental.
“No puede ser que un técnico con cuatro Champions pase de ser el mejor a alguien a quien quitarse de en medio. Me parece una falta de respeto”
—No llegaba el gol y le vimos cambiar de look, Lola le regaló un amuleto...
—La gente tenía más ganas de que marcara incluso que yo (risas). Me ponía hasta nervioso. Agradecí el amuleto y las palabras que me decía la afición cuando aparcaba donde el estadio. ‘Hoy sí'. ‘Hoy va a ser’. Ese cariño. Eso sí, el corte de pelo fue estético (risas). También se lo agradezco a mis compañeros, que los he notado muy cerca.
—¡Lo demostraron en su celebración contra el Valladolid! ¿Sintió alivio con ese gol?
—¡Sí, claro que se siente alivio! (risas). Veía pasar las semanas y me iba metiendo más presión. Esas imágenes del gol demuestran el compañerismo que hay en este vestuario. Mi familia me lo decía. Recibí el cariño de la afición, de mis compañeros...
—Su llegada trajo mucha ilusión en la afición...
—Siento que me quieren y yo a ellos, muchísimo. Me entraba más ansiedad, entre comillas, por no poder dar a la gente un gol. No estaba teniendo suerte. Lo que quieren de los delanteros son goles y el día del Valladolid fue un alivio.
—Hábleme de Iraola.
—Es un gran entrenador. Me ha ayudado mucho, tanto él como su staff, tanto Íñigo (Pérez) como Pablo (de la Torre).
—Llega un partido especial. ¿Se le puede meter mano al Real Madrid?
—Sí, claro que sí. El Rayo puede ganar a cualquier equipo y lo ha demostrado. ¿Por qué no sacar los tres puntos del Bernabéu? Ellos llegan en una situación complicada porque vienen de perder en citas importantes y ante su gente van a apretar. Será difícil, pero nosotros sabemos competir muy bien contra estos equipos.
—Usted que ha vivido allí, ¿considera un fracaso que el Madrid sólo gane la Copa?
—Al Madrid le exigen ganar todo. Ganar un título, como la Copa del Rey, no es un fracaso, pero al Madrid siempre le piden más. Ellos tienen que dar su mejor versión de aquí al final de la temporada. Por eso se avecina un choque disputado.
“Venir aquí ha sido un paso adelante en mi vida personal y profesional. Con la base que hay y ambición, podemos seguir creciendo”
—¿Ve un fin de ciclo con Benzema?
—No. El problema del fútbol actual es que la exigencia del aficionado es muy alta. No sólo le pasa a Benzema. Se está perdiendo el respeto al buen jugador. Antes de hablar de futbolistas así, con Balones de Oro y que hayan jugado Mundiales o levantado Champions, hay que contar cinco segundos. Debe haber respeto y eso se está perdiendo.
—Se reencontrará con Ancelotti, que le hizo debutar con el primer equipo. También se le está cuestionando...
—Es increíble leer lo que se lee en las redes sociales. No puede ser que un técnico que ha ganado cuatro Champions, por un pequeño bajón en una temporada, pase de ser el mejor del mundo a alguien a quien quitarse de en medio. Me parece una falta de respeto muy grande. Yo le estoy agradecido a los entrenadores valientes como él, que apuestan por los jóvenes. Es un gran técnico y tiene mi admiración y respeto.
—Vinicius ha puesto sobre la mesa un problema como el racismo. ¿Cómo se percibe desde dentro? ¿Hay más aquí que en otros países?
—Hay racismo en todos los países, no sólo en España. Es una falta de respeto muy grave. En los campos hay insultos de un calibre muy alto. Me temo que va a ser complicado erradicarlo. Está muy mal decir ‘mono’, pero también ‘hijo de la gran puta’. Espero que se castigue a quien insulte.
—Esta pregunta se la va a hacer otra persona (ve un vídeo de Isi Palazón). “¡Cuenta alguna anécdota de cuando coincidimos en la cantera del Madrid y en el SEK estudiando! Muchos te tachan por tu fachada, pero tienes un corazón enorme. En el Rayo te apoyamos todos. Seguro que nos darás muchas alegrías, Rulo”.
—Sus palabras hablan de lo que soy realmente. Isi es de las personas que más me ha ayudado desde que llegué. Hay anécdotas que no se pueden ni contar (risas). Cuando cogíamos el autocar desde Villanueva de la Cañada a Valdebebas siempre bajábamos bailando, dando botes... Hemos pasado momentos muy buenos en clase y nos hemos reído mucho. Cuando llegué sabía que iba a estar conmigo. Isi es una bellísima persona y lo quiero mucho.
—¿Puede aspirar el Rayo a algo más que la salvación?
—Ojalá. Hay buenos jugadores, gente que quiere hacer historia... Será importante que el próximo año haya un proyecto ambicioso. Con la base que hay y ambición podemos seguir creciendo. De hecho, estos últimos años ya ha crecido a nivel nacional e internacional.
—Es difícil, pero no imposible. ¿Se imagina un centenario en Europa?
—Uf, sería espectacular y especial. Todo el mundo se volcaría con nosotros. Incluso aficiones que no son del Rayo irían con él por todo lo que transmite. Hay que soñar en la vida y ojalá el próximo año consigamos algo bonito.
“Hago meditación y pinto. Me gusta dibujar. A lo mejor no lo hago bien, pero me distraigo...”
—Cuando vuelve al Rayo, ¿siente que es un paso atrás?
—Para nada. Al revés. Ha sido un paso adelante en mi vida personal y profesional. Valoro a un club por su esencia, los compañeros, los trabajadores... Me baso en eso. Estoy feliz. Eso era importante recuperarlo. Y es gracias al Rayo.
—Y hablando de sueños, ¿volver a la Selección es uno de ellos?
—Mi sueño sería ir a la Selección representando al Rayo y a la gente de Vallecas, que se merece también un premio así. En su día, cuando estuve aquí, ya estuve preseleccionado. Me hizo muchísima ilusión estar ahí. Y en lo colectivo, entrar en competiciones europeas sería el mejor regalo que podríamos darle a la afición.
—¿Cómo vivió también el hecho de quedarse sin Mundial? Todos daban por hecho que podría ir a Qatar...
—En condiciones normales, no sé si hubiera ido, pero posibilidades hubiera tenido. Cuando pasó lo que pasó, sabía que no iba a tener opciones. Era imposible. Todo pasó así. Mirar atrás no vale para nada.
—Antes le gustaban el boxeo, los coches... ¿Cómo es este RdT 3.0?
—Me gustan los caballos, dar un paseo por el campo. Me he dado cuenta de que todo lo que haga externo al fútbol me debe dar la calma y la paz que el fútbol, en muchos momentos, no me da. Me gusta olvidarme un poco del mundo y encontrarme a mí mismo.
—¿Y sigue pintando?
—Sí, después de la que se lio por redes y lo que rajaron... (risas). Me gusta dibujar. Hace poco me fui una semana solo a un camping en Madrid, que son cabañas en los árboles. Hice meditación, pinté... Y le hice un cuadro a mi hermano, otro a mi entrenador personal... Me gusta dibujar. A lo mejor no lo hago bien, pero me distraigo...
—A ver si identifica al autor de esta pregunta: “¿Quién es la persona más importante de su vida?”
—¡Es la voz de mi hermano! ¡Me ha costado ubicarle al principio! Mi hermano Rubén es mi pilar fundamental. Es mi vida. Quiero mucho a toda mi familia, pero en especial a él. Es mi persona de confianza. Otra vez hemos coincidido aquí (Rubén juega en el filial franjirrojo). Le deseo que le vaya como a mí o mejor. Muchas veces pesa la comparación y cada uno tiene su personalidad. Le intento aconsejar desde mis vivencias...
—Ambos son RdT, pero el original fue su padre: Raúl de Tomás Brasero.
—Sí. Es el más influyente en nosotros, en mi hermano y en mí. Nos ha inculcado su amor al fútbol. Todo viene de él, que era mediapunta. Era un buen pelotero...
TEST RÁPIDO
—¿Qué hubiera sido de no ser futbolista?
—Torero.
—Ídolo de la infancia.
—Zidane.
—Sueño por cumplir.
—Tirarme en paracaídas.
—Lugar al que volver.
—Nápoles.
—Película favorita.
—Gladiator.
—La canción que más escucha.
—La red social que más usa.
—Instagram.
—Lo mejor del fútbol.
—Los goles.
—¿Cómo le gustaría que le recordaran al retirarse?
—Como un goleador.
—¿Cuántos tatuajes tiene?
—Uf, treinta o cuarenta.
—¿El más especial?
—Las caras de mi hermano y de mi hermana.
—¿Cree en el karma?
—Sí.