Cuando Guti pudo ser del Atleti

José María Gutiérrez ‘Guti’ ha quedado en la memoria madridista como uno de los jugadores con más calidad que salió de la cantera blanca. Mediapunta de mucha clase y capacidad de surtir de balones a los delanteros con un último pase letal, el madrileño pasó la mayor parte de su carrera en el seno del equipo madridista desde la categoría alevín hasta que se marchó en 2010, tras 15 temporadas en la primera plantilla, rumbo al Besiktas, donde disputó sus dos últimas campañas como profesional. Sin embargo, en su trayectoria, con varios años brillantes y en los que logró ganarse un sitio como titular a pesar de la enorme competencia, no impidió que en varios momentos se especulara con una posible salida del Madrid.

El exjugador volvió a recordar una de esas posibilidades en el programa El Chiringuito, en el que ejerce de colaborador habitual. Un traspaso nada menos que al eterno rival, al Atlético. “Pude ir al Atleti, esa es la verdad”, se sinceró. Se trataba de una operación con más jugadores implicados. “El Madrid quería a Pablo, el central, e iba a entrar yo en la operación”, contó el centrocampista sobre un posible trueque en el año 2006.

Lo cierto es que los rumores sobre una posible salida de Guti dirección al equipo rojiblanco fue una información recurrente en aquellos años. Una operación que empezó a sonar la temporada anterior, en el verano de 2005, cuando el argentino Carlos Bianchi llegó al banquillo colchonero. Pero fue la campaña siguiente, con Javier Aguirre como técnico, cuando estuvo más cerca. Era Gil Marín el que le quería. “Llegué a hablar con él”, reveló el exjugador. Una opción que estuvo encima de la mesa por el interés madridista en el central internacional. “Yo no me quería ir, pero si en el Madrid no me querían, qué iba a hacer”, reconoció el exfutbolista blanco.

Al final, la operación no se llegó a hacer: “Se arrepentirían...”. Lo cierto es que era un momento en el que Guti parecía haber encontrado su sitio en el once del Real Madrid. La temporada 2005/2006 fue una de las más brillantes en su carrera como jugador blanco, disputando 44 encuentros, 37 como titular haciéndose un hueco en el mediocampo junto a estrellas de la talla de Zidane o Beckham, a pesar de que la situación era algo inestable con el paso de dos técnicos como Vanderlei Luxemburgo y López Caro.

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Y es que la trayectoria del genial medio en el Real Madrid tuvo sus altibajos, pero con momentos de enorme brillantez. Buenos ejemplos son la campaña 2000/2001, con Vicente del Bosque, cuando tuvo que jugar de punta de forma recurrente por una lesión de Fernando Morientes y anotó 18 goles. Posteriormente, fue probado en diferentes sitios en los planteamientos de Del Bosque, Queiroz o Capello, con el que fue el relevo natural en el once de un Zidane retirado. En sus últimos años, también dejó actuaciones memorables. En la 2007/2008, la última en la que fue titular de forma recurrente, firmó dos goles y tres asistencias en un 7-0 al Valladolid.

En su último año de blanco, también dejó joyas como una de las más recordadas, la asistencia de tacón a Benzema en Riazor en un triunfo por 1-3. Destellos en una carrera sobre la que, con el tiempo, sólo la cantidad de grandes jugadores en su posición puede explicar que no tuviera más oportunidades con la Selección (disputó 13 partidos, marcó tres goles, pero nunca disputó Eurocopas ni Mundiales). Una carrera que pudo ser muy diferente si en aquel 2006 el destino le hubiera llevado a jugar de rojiblanco.

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