Crespo, un estreno de nota
El centrocampista, de 27 años, dejó buenas sensaciones en su debut como titular en Montilivi. Presentó su candidatura a acompañar a Óscar Valentín en la medular.
Pocas veces se ha generado tanta expectación en tan poco tiempo. Miguel Crespo es un buen ejemplo de ello. El centrocampista, de 27 años, aterrizó en Vallecas el pasado mercado invernal para reforzar la medular rayista por la marcha de Pathé Ciss a la Copa de África. Y ese mismo 31 de enero que firmó, a las pocas horas, sin haber entrenado con el equipo y tras haber conocido a sus compañeros en la charla técnica, disputó 26 minutos contra el Atlético. Ahí ya dejó unas pinceladas de su potencial y el comentario generalizado era positivo: “Promete”.
Sin embargo, apenas participó en las jornadas posteriores. No jugó nada en tres partidos y Francisco sólo le dio 17 minutos frente al Sevilla. Con Iñigo Pérez en el banquillo su presencia se ha incrementado. Ya contra el Madrid participó 26 minutos y 79 ante el Girona, con la particularidad de que en Montilivi se estrenó como titular con la Franja. Una inyección de moral que se tradujo en una buena actuación del centrocampista.
Crespo fue quien más regates completó del Rayo (2), el segundo que más entradas ganó (1), el tercero que más ocasiones creó (1) y el quinto que más balones recuperó (3). Además, fue quien más pases acertados dio, un 96%, por delante de Balliu (93,9%) y de Óscar Valentín (92%). Por todo eso, el franco-portugués firmó un notable estreno en el once y presentó su candidatura a la titularidad.
La medular sólo tiene un dueño y señor: Óscar Valentín. El otro puesto, junto a él, ha ido rotando entre Unai López y Pathé Ciss, según el planteamiento y el rival. Ahora, Crespo ha irrumpido con fuerza y se ha convertido en una opción interesante. De cara al presente e incluso al futuro. El medio llegó cedido por el Fenerbahçe hasta final de temporada, aunque existe una opción de compra por él que ronda los cuatro millones. El tiempo dirá, pero hoy por hoy las sensaciones son buenas. No engañó esa primera impresión. “Promete”.