Conflicto arbitral con los clubes pidiendo un cambio radical

El fútbol no descansa, ni de polémicas ni de conflictos. El fallo arbitral del Espanyol-Real Madrid ha desatado una guerra entre instituciones que puede desembocar en una gran tormenta este jueves. Es el día en el que los clubes de Primera y Segunda, LaLiga, la Federación y los árbitros se verán cara a cara en una cumbre que estaba pensada para tender puentes entre todos. Aunque el cruce de comunicados de este lunes abona más un panorama de conflicto que de entendimiento. Aun así, la hoja de ruta de muchos clubes es clara: reivindicar una batería de propuestas realizadas en 2023 para mejorar el sistema arbitral.

Hay un descontento con el nivel de los árbitros, el uso del VAR y cómo está planteado el sistema organizativo del Comité Técnico de Árbitros. Esa es la realidad. Más allá de las polémicas vistas este último fin de semana. Los clubes de LaLiga llevan varios años clamando contra esta situación y quieren un cambio. El relevo al frente de la Federación ha hecho que exista más optimismo entre los clubes sobre un cambio. No sé sabe si tan radical como el que pueden plantear. Pero Rafael Louzán, nuevo presidente de la Federación, quiere pacificar el fútbol y trabajar por mejorarlo. De ahí que haya convocado a todos los actores de este deporte en España a un careo este jueves en el Retiro de Madrid. Clubes, directivos y árbitros se verán las caras.

Se trata de una cita que no solo versará sobre el modelo arbitral, se pretende hablar de más aspectos de mejora de la competición. Pero los últimos acontecimientos hacen indicar que será ese el punto estrella. Y en el que pueden saltar las chispas, por ser suave. Medina Cantalejo, presidente de los árbitros, defenderá a su colectivo, aunque este lunes les convocó de urgencia para abroncarles y meter en la nevera a casi una decena de trencillas por sus errores.

Las propuestas de los clubes

El Real Madrid, en su duro comunicado, califica al actual sistema arbitral de estar “viciado”, “corrompido” y ser “fraudulento”. Pidiendo un gran cambio. Algo que ya se puso sobre la mesa en 2023 y que no ha perdido vigencia. Aunque Tebas les ha reprochado públicamente que entonces no fueran tan contundentes: “El Real Madrid se opuso, mostrándose tibio y sin proponer soluciones. ¿Tendrá algo que ver que, en aquel momento, el presidente de la RFEF era Rubiales y Florentino Pérez miembro de la Junta directiva de la RFEF?”.

En 2023, el 88% de los clubes votaron en una Asamblea que les gustaría que se implantará un sistema como el de la Premier, la Bundesliga y la MLS. Es decir, que el Comité Técnico de Árbitros pasara a ser una institución que esté fuera de la estructura de la Federación. Se crearía una organización que dependería de la RFEF y LaLiga, aunque posiblemente también podría contar con la presencia de AFE (el 61% de los equipos ven con buenos ojos que los futbolistas también entren).

Pero los cambios no se quedan ahí. El 71% de los equipos presentes en dicha Asamblea pedían un cambio en el VAR. Quieren crear un cuerpo específico de VAR y que solo ellos puedan ejercer ese rol. Nada de que los árbitros de Primera y Segunda alternen una semana en el campo y otra en el VAR. Por otro lado, se pretende que los informadores arbitrales sean independientes y que el anuncio de las designaciones sean más cercana a la fecha del partido. Esto último tiene como objetivo que la presión sobre los trencillas sea menor, ya que algunos clubes apuntaron a los vídeos de Real Madrid que emiten los días previos contra el árbitro que le toca esa misma jornada.

Hay otras medidas que los clubes plantearon y que harán menos gracia al colectivo arbitral. El 71% aseguró en esa cumbre que “el importe abonado por Laliga y los clubes a lo RFEF en concepto de arbitraje no se corresponde con la calidad de los servicios prestados”. De ahí que el 59% de los equipos planteen un “régimen retributivo variable para los árbitros en función de desempeño de su labor”.

Aunque esa era la visión de los clubes. Los árbitros llevan defendiéndose y recriminándoles que critican en muchas ocasiones aciertos por el interés de tapar malos resultados deportivos. Acusándoles también de echarles a la afición encima, desencadenando incidentes violentos en categorías inferiores o tuits incendiarios que provocaron amenazas anónimas que obligaron a la Policía a tener que acudir a la casa del presidente de los árbitros para garantizar su seguridad.

La Federación, por su parte, quiere tender puentes y buscar el entendimiento. Aunque, ante el duro comunicado del Real Madrid, ha reaccionado cerrando filas ante los árbitros: “Lamentamos profundamente el tono y la gravedad de las acusaciones. La tarea arbitral, por su propia naturaleza, está sujeta a la revisión y al análisis, pero ello no puede derivar en señalamientos generalizados que pongan en duda su integridad”. El conflicto está servido. Solo falta por ver si el jueves se tienden puentes o los pocos que se han construido acaban saltando por los aires. Otra vez.

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