Pepe Claramunt: “Hasta Cantinflas nos recibió en su casa”
El Valencia vuelve a México, donde en 1966 fue ‘embajador’ español y fue agasajado por todo un país. Allí empezó la carrera del mítico centrocampista del equipo che y de la Selección.
El Valencia aterriza en México para jugar un amistoso el próximo sábado con la selección tricolor en Puebla. Es un retorno del murciélago a una tierra conocida. Un lugar con muchos lazos comunes. Un país que visitó el Valencia por primera vez, en 1963, cuando las relaciones entre el gobierno español y el mexicano eran inexistentes debido a que el país azteca había apoyado al bando republicano durante la Guerra Civil española.
La llegada del club che a tierras mexicanas fue un rayo de esperanza para miles de exiliados españoles (unos 3.000 valencianos entre los que se encontraban dos de los cofundadores del club Octavio Augusto Milego y Julio Gascó y el popular escritor Max Aub) y fue una avanzadilla de lo que vendría después. La gira valencianista significó el inicio del restablecimiento de las relaciones diplomáticas entre ambos países. Después de esa primera visita, donde el Valencia jugó cuatro amistosos, llegaron a México otros equipos españoles como el FC Barcelona o el Atlético de Madrid.
Tres años después, el Valencia volvió al país norteamericano. En 1966, el Valencia fue invitado al torneo que inauguraba el estadio Azteca pero no jugó el primer partido porque el avión que les debía trasladar desde Madrid a México DF sufrió una avería y tuvieron que volar dos días después. Aún así, al Valencia le dio tiempo de jugar el segundo partido que se jugó en el Azteca y conseguir la primera victoria (0-3) de la historia del mítico estadio contra el Atlante, dado que el duelo inaugural había acabado en empate (2-2) entre el América y el Torino.
En esa expedición estaba un joven de 19 años, que apenas disputó unos minutos en aquella gira, pero que le sirvió para darse cuenta de la grandeza que tenía el Valencia en México y de paso convencer a Mundo, el entrenador. Fue el inicio de la carrera del que iba a ser la estrella del Valencia y uno de los puntales de la Selección española desde ese momento hasta su retirada, a los 34 años: Pepe Claramunt. “Yo estaba jugando en el Mestalla. Había terminado la temporada y el entrenador del Mestalla era Mundo. A Mundo lo pasan a entrenador del Valencia y se hace cargo de la gira. Entonces, a mí me asciende al primer equipo y me hace ir a México. Sólo jugué unos minutos pero poco después me llaman otra vez para jugar la pequeña Copa del Mundo en Caracas. Allí destaco, marco un gol y ganamos el torneo. Al inicio de la temporada siguiente (1966-67) ya me llaman para formar parte de la primera plantilla del Valencia”, recuerda Claramunt.
Pero no fue lo deportivo lo realmente reseñable de esa gira. El Valencia ya era un club célebre en México debido al viaje que había realizado tres años antes. Y como tal fue agasajado por auténticas celebridades de la época como Mario Moreno ‘Cantinflas’. “No solo jugamos al fútbol. Nos llevaron a los mejores sitios. Fuimos a ver la orquesta de Pérez Prado, la mejor del mundo entonces... Hasta Cantinflas nos recibió en su propia casa. Estuvimos con él y estuvo muy amable con nosotros. Muy serio, con una gran personalidad, muy distinto a lo que veías en las películas. Yo le caí muy bien. Me decía: ‘Oye tú, chavalín, quédate aquí a jugar en México’”, recuerda el excapitán del Valencia.
El caso es que la visita del Valencia contribuyó a abrir las relaciones entre España y México. “Fuimos allí como de avanzadilla para que mejoraran las relaciones entre los dos países. Fue antes del Mundial de México de 1970, también para inaugurar el estadio Azteca, y ganamos al Atlante. Fuimos el primer equipo que ganó un partido en ese estadio tan histórico”, asegura Claramunt.
Además de inaugurar el Azteca y visitar a Cantinflas, la expedición che visitó los lugares más emblemáticos de México. “Nos cuidaban fenomenal. Había cerveza Coronita en el hotel por todas partes”, bromea Claramunt. “Fuimos a la plaza Garibaldi, donde estaban todas las orquestas, la catedral, el lago Xochimilco...”, añade. Todo para que se sintieran como en casa. Pero la verdadera razón de la gira estaba latente. “Ir allí a México en esa época siendo español no era fácil, allí Franco no caía demasiado bien... Porque al final los que íbamos desde España éramos los franquistas, no éramos republicanos. Pero bueno, lo aceptaron bastante bien. Eso sí, nos querían ganar, porque ellos se consideraban inferiores a los españoles. Para ellos, ganarte era un triunfo nacional, era como si hubieran ganado al opresor, aunque fueran amistosos...”, explica.
Eso sí, hubo una cena ‘oficial’ con una gran cantidad de españoles que se habían exiliado en México, justo después de la Guerra Civil. “Fuimos a casa de una chica española que estaba casada con un mexicano, que era muy rico, y estuvimos con un montón de exiliados a los que les hicimos sentir más cerca de España”, asegura.
El estadio Azteca
En el plano eminentemente deportivo, el Valencia jugó tres amistosos durante su última visita a México DF. El citado contra el Atlante (0-3), el 31 de mayo de 1966, con goles de Paquito, Guillot y Cardona, jugador hondureño del Atlético de Madrid que fue cedido al Valencia exclusivamente para esta gira. Además, el Valencia ganó también al Necaxa (1-3) con goles de Paquito y Ansola (2) y empató contra el América (1-1), también con gol de Paquito. Los tres amistosos se celebraron en el Azteca. “Fue impresionante. Era impensable ver un estadio con esa magnitud, esa grandeza que tenía ese estadio, lo grande que era... Estaba ubicado fuera de la capital y esto aún lo hacía más inmenso. Me impactó ver un estadio de esa grandeza en México, donde el fútbol aún no estaba muy desarrollado”, relata Claramunt.
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