Chute de euforia

Habló el brazalete. “Se ha demostrado el hambre que tenemos, el equipo está siendo criticado, por momentos... poco valorado, pero estamos bien clasificados en Liga, en cuartos de la Champions y en semis de Copa. Estamos donde queremos estar”. Alzó la voz, afónica por la celebración, Lucas Vázquez tras la tragicomedia del Metropolitanio. Reivindicación del grupo y aviso al mundo exterior, rivales incluidos. El Real Madrid emerge del agónico euroderbi de vuelta con opciones muy vivas en las tres grandes competiciones: Champions, Liga y Copa del Rey. Aspirante a todo.

Por de pronto, esa triple corona, la más difícil, nunca la ha conseguido. Lo más cerca, los dobletes Copa de Europa más Liga, en cinco ocasiones. Dos en blanco y negro (1957 y 1959) y tres emitidas en resolución 4K, las de 2017, 2022 y 2024. Ancelotti y Modric pueden añadir otra ocasión en la que deshojaron dos pétalos trébol en una combinación diferente, en este caso Champions y Copa del Rey, en 2014.

“Seguimos luchando, como es costumbre en este club...”

Carlo Ancelotti, tras el agónico pase a cuartos de final

El Madrid está eufórico y no ve motivos para disimularlo. Internamente se es consciente de que ha habido turbulencias sobrevolando cielos complicados (los Clásicos, el 1-3 del Milan y el 2-0 de Anfield...) pero que el oficio, la resiliencia y la calidad del plantel han intervenido. Metales a la vista antes del cierre en el Mundial de Clubes. En marzo cuando la temporada entra en ebullición, el Madrid se ve donde quería estar, aunque sea priorizando el qué al cómo. “Seguimos luchando, como es costumbre en este club...”, enfatizó Carletto.

Sombras. La inyección de alegría vivida en el Metropolitano empuja a resolver, al impulso de esa ola positiva, cuestiones que el equipo sigue arrastrando. Mbappé ha retrocedido de nuevo a una versión más terrenal (un gol en los últimos cinco partidos, al Rayo, y muchas imprecisiones en ambos euroderbis) y Vinicius esquivó pasar por el diván, de haber sido apeados por ese penalti fallado ante el Atleti. También cuestiones grupales y esta temporada, endémicas: la actitud. “Siempre nos pasa lo mismo, salimos como si estuviese ganado y nos meten un gol en el primer minuto...”. Así, sin poner tiritas y siempre con personalidad, analizó Valverde la enésima falta de intensidad con la que el equipo blanco reaccionó al pitido inicial. En este caso, y con tanto en juego, el Atlético se encontró con un cuatro contra cuatro a los 23 segundos de partido y canjeó el regalo por gol en el segundo 28.

En lo más positivo, la reactivación del mejor Courtois y la aparente recuperación del dubitativo Camavinga, esencial mientras no retorne Ceballos. Máxime cuando ahora pasa a ser el tres de emergencia si le ocurre algo a Fran García.

Sangría en Liga

El Madrid ha recargado a tope el ilusionómetro pero no tiene tiempo para dispersarse lo más mínimo. Esta jornada de Liga abre una posibilidad para dar un mordisco de puntos al Barça, al Atlético o a ambos. La Cerámica no será una tarde cualquiera porque la Liga parece el eslabón menos sólido de la potencial triple corona. De los últimos 18 puntos en juego, sólo ocho al casillero... A Ancelotti le urge por ello superar la resaca emocional y recuperar el exprimido físico de más de un futbolista que casi tuvo que salir en parihuelas del Metropolitano.

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El club, mientras, mira con suspicacia al parón de selecciones. Un teórico respiro que no será tal, porque varios de los más al límite muscularmente (Mbappé, Valverde, Rüdiger...) se irán con sus países. Pero en el Madrid hay declarado el estado de optimismo. Está más que vivo en todo y eso es una mala, malísima señal para el resto.

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