Caras nuevas para un partido clásico
Bellingham y Gündogan son la innovación en una rivalidad eterna y también efervescente en EE UU. El inglés ya brilla. El Barça ha ralentizado su preparación por el virus de Los Ángeles.
El cabeza de cartel del Soccer Champions Tour salta al escenario. Seis gigantes, ocho partidos -reducidos a siete por un inoportuno virus- de muchos quilates, pero todos se presentan como teloneros del Superclásico. Arlington cambiará la indumentaria cowboy por elásticas blancas y azulgranas, el AT&T se engalana para un Real Madrid-Barcelona que se está convirtiendo en tradición estival en el país de las barras y las estrellas. Capítulo tres del clásico americano. Miami (2017), Las Vegas (2022) y ahora Dallas. Y entre tanta tradición, Jude Bellingham e Ilkay Güdogan. La novedad.
Dos estrellas recién llegadas que abanderan los nuevos proyectos de Ancelotti y Xavi. Dos caras distintas de dos monedas también diferentes. El uno, 20 años y visos de ser generacional. El otro, 32 años y un aval cum laude. Aunque la edad es mera anécdota. Ni dibuja inmadurez en el nuevo crack madridista ni apunta a cuesta bajo en su homónimo blaugrana. Eso sí, uno ya ha llegado y al otro se le espera. Jude ha ido a más, justificando el nuevo dibujo de Ancelotti en el que el inglés se percibe omnipresente. Ilkay, en cambio, aún debe encontrar los mecanismos para extrapolar su fútbol pulido por Guardiola a los esquemas de Xavi. Es puro contexto, porque hiperbolizar una pretemporada sería poco cabal, pero las sensaciones globales hasta ahora también son antagónicas.
El Madrid, lanzado tras dos victorias convincentes ante Milan -remontada incluida (3-2)- y United -con dos piezas de museo de Bellingham y Joselu (2-0); el Barcelona, ralentizado por un virus que ha dejado su rodaje al 50% -se aplazó el duelo ante la Juve- y con el amargor de la contundente derrota frente al Arsenal (5-3) “Parecía un partido de Champions”, se quejó Xavi de la intensidad gunner tras sucumbir ante los de Arteta, más rodados y con un tono físico muy superior. Esa será una de las claves este sábado. Porque al contrario de la ternura mostrada por los azulgrana, claramente afectados por ese ralentí que supuso la gastroenteritis vírica angelina, el equipo blanco está cimentando las sonrisas estivales en un despliegue y una intensidad que poco tienen que ver con una pretemporada.
Líneas maestras del nuevo Madrid
“Los otros partidos se sintieron como amistosos y este tampoco espero que lo sea. Tengo muchas ganas de disputarlo y espero que podamos ganar”, analizaba Bellingham tras triturar al United con su zidanesca actuación frente a los red revils. La punta superior de ese diamante que está siendo escrutado minuto a minuto y que dejó satisfecho a Carletto a la salida del NRG de Houston. En el AT&T el examen será aún más complicado y se espera que el técnico italiano siga perfilando un once que, partido a partido, va tomando visos de ser el de gala. Las líneas maestras del nuevo Real Madrid.
Varias certezas. Obviamente Jude como diez con Vinicius -tan supersónico como siempre- y Rodrygo como cohetes ofensivos.Tridente que no tardará a conjugarse por siglas (BRV). Camavinga apunta a interior esta temporada y Kroos y Tchouameni a disputarse el ser el ancla blanca; Valverde, si no media problema físico (el jueves no se ejercitó por una sobrecarga) es innegociable, por su llegada (doblete al Milan) y sus intangibles (desgaste tremendo al liderar la primera línea de presión); y el carril zurdo de la defensa va cayendo del lado de Fran García sobre Mendy. Además, a la espera de Güler, renqueante aún, Courtois hará su estreno en la pretemporada por todo lo alto. Con la motivación anecdótica que supondría ganar por primera vez al Barça en tierra norteamericana tras los traspiés en el Hard Rock de Miami (2-3) y el Allegiant de Las Vegas (0-1).
Laboratorio estival
En el bando azulgrana, la mejor noticia ha sido el regreso de Alejandro Balde, “brutal” ante el Arsenal, en palabras de Xavi. Aunque parte del picante del encuentro será ver ese cara a cara Araujo-Vinicius, que nació en el Clásico de Las Vegas y se mantuvo durante la temporada. Con el 4-4-2 de Ancelotti, quizá el egarense no deba permutar a Koundé y al central uruguayo para tratar de desactivar a un brasileño que, en los últimos enfrentamientos ya encontró la receta para hacer ‘sangrar’ a su hasta ahora kryptonita. Además, la duda eterna. Cuatro centrocampista o tres arriba. El verano debe ser un laboratorio donde encontrar la fórmula de la coca cola para la temporada. Cómo acompañar a Lewandowski, darle a Gündogan la mediapunta o hacerle partir un paso más atrás, escorar a Pedri o Gavi a una banda... Incógnitas por resolver para un Clásico americano que poco tiene de amistoso.