Camavinga aleja las sospechas

Eduardo Celmi Camavinga es de una pasta diferente. Donde otros quizá se achicasen teniendo que intervenir en un derbi como el del pasado miércoles en el Metropolitano viniendo de un mes errático, el francés agarró la oportunidad por las solapas y se enmendó en el día D y la hora H.

Un desembarco en suelo lleno de minas que aplaudió Ancelotti, feliz por la recuperación del 6. “Ha estado, en el partido más complicado, a su mejor versión. En los últimos partidos no jugó a su mejor nivel...”, admitió el italiano, porque ya no es necesario sacar el paraguas sobre la cabeza de su pupilo, que la ha sacado del hoyo. “Camavinga ha jugado muy bien a nivel ofensivo y defensivo”, remató.

Una mejoría palpable que le redirige hacia la previsible titularidad en La Cerámica. Porque no fue sólo el análisis a vuelapluma de Carletto. La seguridad que transmitió Camavinga quedó registrada en lo ofensivo (sólo falló un pase, un 96,8% de acierto) y en lo defensivo, saliendo victorioso en cinco de las entradas que realizó, con tres recuperaciones. Muy vivo y sin lagunas de concentración, como le pasó sin ir más lejos en la ida en la acción en la que Julián Alvarez hizo el 1-1.

Fin a las tribulaciones

La progresiva pérdida de relevancia de Camavinga en los onces titulares se viene constatando desde que comenzó 2025. En Liga sólo lo ha sido una vez y en Champions no acabó de imponerse a título personal en el Etihad ni en esa ida contra el Atlético. Tribulaciones que parecen haberse terminado, para regocijo de Ancelotti. El transalpino no deja de ensalzar la química que se creó entre Modric y Tchouameni en el triunfo contra el Rayo y tras el Metropolitano ascendió del duplo al triplo, incorporando a Cama a esos piropos. El 6 le ofrece la opción de que Modric, que encadenó contra el Atleti dos partidos en tres días por primera vez en este curso, descanse.

Y hay una segunda lectura muy favorable para los intereses del técnico madridista. La lesión para un mes de Mendy deja a Fran García como único tres puro y a Camavinga como su sustituto en caso de emergencia, porque Alaba aún está readaptándose como central. Un Camavinga dubitativo y bajo sospecha no parecía el mejor salvavidas al que agarrarse...

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