Brian Oliván vuelve al lugar donde todo empezó
El lateral del Espanyol se estrenó en LaLiga con el Real Valladolid, en cuyo filial brilló. Calero, canterano, también retorna a Zorrilla.
Hubo una temporada, la 2015-16, en la que las dudas de Mario Hermoso, hoy titular habitual en el Atlético de Madrid, traía a la memoria el nombre de Brian Oliván a los aficionados del Real Valladolid que frecuentaban Los Anexos. El fútbol, como la vida, da y quita razones. En este caso, se la da tanto a quien apostó por el madrileño como a quienes creían que, para ofrecer lo que este ofrecía en el lateral, mejor habría sido quedarse con el catalán, que pintaba más resultón.
Oliván, formó parte la campaña anterior de uno de los mejores Promesas de la historia reciente, el que entrenó Rubén de la Barrera, para entonces correteaba la banda con otro filial, el del Granada, en la Segunda División B, un escalón por debajo de lo que se encontraba (y a donde casi cae) el Pucela. Entre sus 38 entorchados como blanquivioleta contabilizó tres partidos con el primer equipo, dos en Liga y uno en Copa. Lo de Granada fue un visto y no visto; fichó por el Cádiz y desde entonces ha progresado hasta ser el lateral de Primera que hoy es.
Su debut en LaLiga fue en ese estadio que pisará por primera vez estando en la máxima categoría este domingo, después de hacerlo anteriormente en Segunda. Alguno, al verlo, quizás, vuelva a pensar “ya lo decía yo”, dado que el carril izquierdo del conjunto de Diego Martínez es de su propiedad; no en vano, es, después de Sergi Darder, el jugador con más minutos disputados esta temporada con el Espanyol.
Menos que él participa, por tanto, otro retornado; además, canterano: Fernando Calero. El central de Boecillo, que tras dos temporadas de asiento en el primer plantel se convirtió en una de las ventas mayores del club (y que trajo de vuelta Braulio Vázquez, dicho sea de paso; el mismo que firmó a Mario Hermoso), es el comodín de su entrenador, ya que en lo que va de curso ha jugado en su posición natural, en los dos centrales y en el centro del campo, y a buen seguro para él será aún más especial, aunque en ocasiones a orillas del Pisuerga se le recuerde su referencia “a un club grande” cuando firmó como espanyolista.