Bellingham, tras tocar fondo
El inglés sobresale ante Osasuna jugando en la misma posición de la pasada campaña y abandona el purgatorio de la derecha, donde naufragó en el Clásico.
Después de 13 partidos disputados para él… llegó el gol. Y con él, volvió a atronar el Hey Jude de The Beatles en el Bernabéu. Había ganas. Líder indiscutible del equipo en la primera mitad de la pasada temporada, Bellingham ha sido en esta el principal damnificado por la llegada de Mbappé. Ancelotti le ha involucrado en un baile de posiciones que parece haber terminado con que el inglés jugará exactamente donde lo hizo la pasada temporada, en la parte izquierda del 4-4-2 con libertad de movimientos. Para brillar en ataque y esforzarse en defensa. Y ante Osasuna, por fin, llegó el mejor partido del inglés de la temporada, al tiempo que su primer gol del curso (a estas alturas, la pasada temporada, ya había logrado 13 dianas).
“La temporada pasada marqué mucho, pero mi rol ha cambiado. Hago otras cosas por el campo. Quizás haya sido menos egoísta, pero mi objetivo es ayudar al equipo de cualquier manera”, argumentó el propio Bellingham después de la goleada, 4-0, a Osasuna. En ella el inglés aparece entre los cinco mejores jugadores del equipo en todas las estadísticas: dos remates (sólo por detrás de Vini y Mbappé), dos ocasiones creadas (tantas como los dos atacantes), 44 pases y un acierto del 93,6% (en este sentido, el que más), dos centros al área, tres regates completos… Todo en 80 minutos pero, más que eso, dejó la sensación de ser ese todocampista que brilló tanto la pasada temporada, por la que fue elegido tercero en el Balón de Oro. Tanto destacó, que hasta 26 de los 100 periodistas que votaban en el reciente galardón le pusieron a él por delante de Vinicius (puede que la razón real de que el brasileño perdiera ante Rodri) y que, más aún, cinco de ellos le pusieron en primera posición.
“Le viene muy bien este gol”, concedió también Ancelotti después del partido ante Osasuna. “Que marcara es sólo un pequeño detalle, dentro de que su encuentro ha sido muy bueno en ambas facetas, en ataque y en defensa”. Suele incidir mucho el técnico italiano en esas ‘otras’ prestaciones que ofrece el inglés y que ahora, tras la llegada de Mbappé, son más necesarias para el equipo que sus virtudes en ataque. Con todo, Bellingham llegó a tocar fondo en el Clásico, el segundo partido en el que Ancelotti le ponía a la derecha, en la media, con claras obligaciones defensivas. Tantas, que sorprendió el ‘mapa de calor’ del partido ante el Barça, el que delata la posición real de los futbolistas y que demostraba que Bellingham jugó más tiempo atrás que el propio Lucas Vázquez.
Después del Clásico, Ancelotti devolvió a Bellingham a la izquierda (ante Milán y Osasuna), que sigue sin ser la misma posición de la pasada temporada: entonces, Valverde era el que daba el equilibrio por la derecha y Kroos y Tchouameni o Camavinga formaban en el doble pivote, lo que dejaba libertad total de movimientos a Bellingham, que aún todavía sigue intentando buscar su mejor versión. Esa que llevó a Ancelotti a hacerle el mejor elogio que podía hacerle: “Bellingham tiene algo de Kaká, sí. No hay mucha diferencia entre ellos. En los últimos años, el juego ha cambiado y ahora los que juegan de mediapunta son mucho más potentes. Hace 20 años, en esa posición había más talento que potencia”. Ahora Bellingham reúne una cosa más, potencia, talento… y esfuerzo. Todo, como se vio ante Osasuna, al servicio del Madrid.
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