“Bebé es el rey del caos”
El extremo es el rayista de moda. Todo le sale bien. De ahí que los focos en el Bernabéu apunten hacia él. AS habla con los dos compañeros que mejor le conocen.
Su sonrisa le define. Ese buen rollo es la tarjeta de presentación de Bebé, cuyo carisma es el aderezo perfecto para un talento que ha cautivado a Vallecas. El extremo, de 33 años, está de moda. Todo le sale bien. Sus goles se convalidan por tres puntos en Liga —dio el triunfo ante Las Palmas y rascó el empate contra la Real— y en Copa siguió la fiesta con un doblete. Está pletórico. “Me pongo un 10 en cuanto a confianza”, confiesa. Y no es para menos. Los rayistas tienen sus esperanzas puestas en él para el asalto al Bernabéu. Sonríe aún más con el reto. Siente una corazonada, la de marcar en Chamartín y, tal y como está, no parece nada descabellada. Para conocerle más en profundidad, AS habla con los dos compañeros que mejor le conocen: Manucho y Alberto García. Coinciden en el punto de partida: “Es bailarín, alegre, parlanchín, honesto, leal...”. Sin duda, Pai es único.
Manucho: “Fui el primero en gritarle: ‘Tira, tira”
Manucho y Bebé coincidieron dos años en el Rayo (2015-16 y 2017-18) y se hicieron inseparables. Aún hoy son amigos. “Tiene un golpeo que yo siempre comparaba con el de Cristiano. Fui el primero en decirle: ‘¡Tira, tira!’. Le gritaba desde el banquillo”, recuerda el delantero, que ve determinante a Bebé en el Bernabéu: “Con esa confianza, la que pegue va dentro. Puede ser la llave del triunfo porque está imparable”. Manu le admira como jugador y como persona: “Tiene un corazón enorme y está cuando lo necesitas. Además, es súper profesional. Un 10. Siempre feliz, con su música, y lo transmite”.
La risa con ambos estaba asegurada, hasta en sus anécdotas: “En una sesión de vídeo con Paco Jémez, Bebé se sintió mal y me dijo que quería vomitar. Le respondí que aguantara o pensaría que habíamos salido de fiesta. Vomitó y Paco nos miró: ‘¿Dónde estuvisteis ayer?’. ¡Pero si era un virus!”.
Alberto García: “Bebé es el rey del caos”
Una grave lesión de Bebé le unió a Alberto García en el hospital. Vivieron mucho juntos. “Le dije que yo no saldría adelante, pero él sí. Ahora lo exprime todo al máximo”, confiesa el guardameta. Desde entonces, forjaron un vínculo inquebrantable. “Viene de muy abajo y por eso se siente tan identificado con Vallecas. Sabe adaptarse al cambio como forma de supervivencia. Es muy observador”, explica Alberto, que ve sus disparos desde otra perspectiva: “Eres consciente de que sorprenderá y pondrá en un compromiso al portero. Conoce sus condiciones y las explota. Como compañero quieres que tire, no como rival”.
De él destaca su espontaneidad. “Es el rey del caos. Su sola presencia genera cambios”, le define y rebobina en su memoria. “En un calentamiento me lanzó un penalti con ese golpeo violento suyo y me dio en el empeine. Se me puso el tobillo amoratado y casi no pude jugar. Luego ya lo evitaba”, ríe.
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