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MALLORCA 1- REAL MADRID 1

Aprobados y suspensos del Real Madrid contra el Mallorca: Kroos sigue ‘presente’

El equipo blanco pagó caras las desconexiones en la segunda parte cuando todo parecía de cara. Rodrygo, golazo dentro de un encuentro estupendo.

Tramos de estampida, tramos de desconexión. El Real Madrid tropezó en Son Moix cuando parecía que se estaba cocinando un vendaval. Rodrygo completó un gran partido, coronado con un gol de postín. Primero del Madrid en Liga, como el curso pasado. Pero el empate de Muriqi desajustó a los blancos. Tanto en defensa como en un centro del campo donde faltó orden. Kroos fue ‘trending topic’ en el primer tiempo en Varsovia, se le echó en falta en el segundo tiempo en Mallorca... El alemán sigue ‘presente’.

Courtois: no hay partido del Madrid sin parada de Courtois. El Mallorca comenzó mandón, tratando de dar la primera detellada, pero allí estuvo el muro de Bree. Samú Costa sacó un zapatazo a los cinco minutos y el belga voló para mandar a córner con la manopla. Logró evitar el empate al abrigo del descanso en una jugada embarullada, aunque nada pudo hacer ante el martillazo de Muriqi a la salida de un córner. Llevaba seis partidos sin recibir gol, todos desde su regreso de lesión, y el corsario rompió esa racha.

Carvajal (88′): el leganense no ralló a su nivel habitual. En la primera parte sufrió con un Mojica que pisó bastante terreno madridista, aunque se recompuso cuando el equipo blanco retomó el control del partido. El lunar llegó en el tanto del empate, que se originó en un error de Carva con el esférico. El germen de un contragolpe que terminó en córner. Y de ahí al testarazo de Muriqi. En ataque tampoco consiguió morder como acostumbra.

Militao: Militao tuvo un partido complicado, pero sacó buena nota. Enfrente estaba Muriqi, uno de los arietes más peligrosos en el aire de todo el campeonato, y entre el brasileño y Rüdiger lograron minimizar su impacto. Casi siempre. Pues a la salida de un córner encontró las cosquillas al Madrid. En la defensa blanca, es Éder el que abandona la retaguardia si es necesario para presionar y Antonio el guardaespaldas. Eso sí, debe controlar el ímpetu pues una salida en falso casi cuesta un disgusto en el 17′.

Rüdiger: un duelo con dos caras para Rüdiger. Se entiende con Militao y esa, con una zaga bajo mínimos en números, es un noticia de importancia vital. Muy sólido en el duelo, encargado de fijar para cubrir a su compañero de defensa, con mayor libertad para abandonar la zona. Así se explica que numéricamente sea Rambo el que acumule más duelos ganados y despejes, ante un Mili que le complementa. Ambos habían sido líderes en ausencia del otro y están demostrando, aunque la muestra sea aún escasa, que pueden remar juntos. El highlight, un chut marca de la casa desde 30 metros que acarició la portería. El lunar, perdió la marca de Muriqi en tanto del empate bermellón. Y a partir de ahí, la otra cara. La menos amable, pues el ariete de Arrasate le complicó, mucho, la vida en el segundo tiempo.

Mendy: indiscutible para Ancelotti. Nadie pensará en Alphonso Davies mientras el físico de Ferland siga intacto. Porque en forma, da la razón a Carletto: “Es el mejor lateral defensivo del mundo”. Sin florituras con el balón, tremendamente rocoso en campo propio. Algo, en una temporada de pólvora infinita, más crucial que nunca. Un pequeño despiste en el primer tiempo permitió que Asano ganase línea de fondo, pero fue un espejismo. Providencial en una anticipación a Muriqi que hubiera supuesto el 2-1. No obstante, terminó el encuentro con una más que evitable roja directa.

Valverde: con menor brillo que en la Supercopa. Esfuerzo innegable y perenne del charrúa, pero no estuvo tan acertado como acostumbra con el esférico. Fede abarcó mucho campo y consiguió completar varias conducciones exitosas, aunque hubo de entrar al campo Modric para buscar mayor conexión entre la sala de máquinas y el ataque. Ese fue el mayor problema de los de Ancelotti

Tchouameni (63′): venía de una noche complicada. En la Supercopa, Aurélien lució más nervioso con balón que de costumbre. Mucho más pulcro en Son Moix. Prácticamente impoluto en el pase (57/58), tanto en corto como en largo (pleno: 4/4). Aunque con alternancia con Fede a la hora de incrustarse entre centrales para sacar el esférico jugado, el francés era el elegido habitualmente cuando el objetivo era romper líneas a través del pase y no de la conducción. Con margen de mejora, pero esta es la versión que, sin Kroos, necesita el nuevo Madrid. No obstante, fue el sacrificado cuando el equipo necesitó brío.

Bellingham (88′): desde el cuerpo técnico le piden que regule esfuerzos, algo que no está en el diccionario de Bellingham. El inglés ganó, y afrontó, más duelos que nadie. Comenzó el encuentro con finura, siendo partícipe del origen de la jugada del tanto de Rodrygo, pero a medida que el encuentro avanzó perdió preponderancia en lo ofensivo y lo ganó en lo defensivo. Es en lo primero donde le necesita el Madrid. En busca de mayor dinamismo, Ancelotti dio entrada a Modric para buscar la victoria. Aún así, filtró un balón de muchos quilates que Mbappé casi convierte.

Rodrygo: primer partido del Madrid en Liga, gol de Rodrygo. Lo hizo en San Mamés, también en Son Moix. Todo sigue igual. Un tanto con mayúsculas, además. En combinación con toda la artillería blanca, el Rayo, que había recuperado el esférico, recibió de Vinicius, se acomodó, buscó el cuándo y lo encontró. Un golpeo enroscado al palo largo puso números al trabajo. Y a esa movilidad que tanto valora Ancelotti. En fase ofensiva fue parte del tridente, en fase defensiva lució como centrocampista. Muy combinativo, tuvo la oportunidad de enjaular su segundo en un chut que Greif desvió a córner. Además, se confirma en el nuevo Kroos a balón parado. Un Rodrygo tridimensional.

Mbappé: sigue adaptándose a los automatismos del equipo. De hecho, su mera presencia los cambia. De menos a más, en la primera parte trazó una cabalgada imperial de campo a campo que reclamó como penalti (no lo era). Ya en el segundo tiempo tuvo dos buenas ocasiones para abrir su lata liguera. En ambas ocasiones apareció al espacio para facilitar el pase al hueco de sus compañeros, en ambas ocasiones Greif le adivinó su disparo al palo corto.

Vinicius (88′): siempre en el centro del escenario, en Mallorca aún más. Hubo algún conato de rifirrafe, pero no fue a más. Con balón es incontrolable. En los primeros 45 minutos dibujó un par de regates supersónicos y apareció en la hoja estadística al facilitar el balón a Rodrygo que luego cocinó por sí mismo el gol, de espuela. Tras el refrigerio, aunque su presencia es peligro constante, no mostró colmillo. O no le dejaron hacerlo, pues el Mallorca creció en lo defensivo con el empate.

También jugaron

Modric (63′): cuando el Madrid necesitó que las líneas volvieran a conectar, Ancelotti miró hacia el croata. La marcha de Kroos multiplica la importancia de Luka. Dinámico, demostró que su fútbol tiene cabida en el esquema. Y no sólo a partir del minuto 60...

Brahim (88′): apenas saltó al césped participó en una ocasión peligrosa. Sin tiempo.

Güler (88′): Arda forma parte del grupo de cambios habituales, pero apareció demasiado tarde.

Lucas Vázquez (88′): el de Curtis suplió a Carvajal para buscar mayor profundidad.

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