Aprobados y suspensos del Pucela: Marcados por los errores

El Real Valladolid dominó durante buena parte del encuentro ante el Girona, quien, sin embargo, estuvo mejor en las áreas, aprovechando dos errores defensivos de los blanquivioletas. Ciertamente, estos reclamaron un penalti sobre Gonzalo Plata que, como indicó Pacheta, se antojó a la postre una acción determinante para un equipo que seguramente fue mejor, pero que pagó demasiado caras esas imperfecciones y la falta de una amenaza mayor a la portería de Juan Carlos.

Asenjo: Metió una buena mano arriba ante un testarazo de Oriol Romeu. Repelió fuerte abajo un duro disparo de Aleix García. Volvió a hacer lo propio ante un golpeo dentro del área de Manu Vallejo. No fue acosado, pero estuvo bien.

Luis Pérez: Sintió unas molestias musculares que provocaron su cambio antes de que se llegase a la media hora de juego. Previamente, se dejó ver en ataque, aunque con escaso acierto; buscó algún centro sin rematador y una transición frenada por la zaga.

Joaquín: Excesivamente blando en el gol que adelantó a los locales. No está suficientemente activo en el 2-1, aunque, en honor a la verdad, la defensa en general no acaba de estar firme. Estuvo bien a nivel de datos, pero salió en las dos fotos.

Javi Sánchez: Como Joaquín, no sufrió. El Girona apenas ocupó posiciones ofensivas, apostó por otro tipo de ataque, además de estar a merced del Pucela en muchos instantes. En todo caso, sumó varios despejes. Estuvo correcto con el cuero.

Olaza: Yan Couto, en el último tramo, con su frescura frente a su fatiga, se las hizo pasar canutas. Antes, Arnau Martínez apenas le inquietó. Puso más de un centro desde segunda altura tenso, de esos que tan bien se le dan, aunque no halló rematador. Cumplió.

Roque Mesa: Intentó sorprender a Juan Carlos con un disparo desde la frontal. Dejó próximo el despeje que el Girona convirtió en el 1-0. Cometió la falta que propició el 2-1. Demasiado precipitado a veces, aunque con balón estuvo en su línea.

Monchu: Le pegó de maravilla, con un efecto semejante a la ‘folha seca’, ajustado al palo, en el empate. Buscó repetir la sorpresa varias veces. Con balón se encontró a gusto con espacios, cuando pudo romper la última línea.

Kike Pérez: Tampoco estuvo demasiado florido en el 1-0, en el que no acabó de dar continuidad a su marca. Volvió a lateralizar su posición, aunque le faltó algo de acierto con el cuero. Creció y se sintió más a gusto (aún) en el segundo tiempo.

Plata: Asomó varias veces dentro del área gironí, cercano a la línea de cal, aunque el Girona afinó defendiéndole en el primer tiempo. Cayó en el inicio del segundo tiempo y pidió penalti. Fue a menos, seguramente fatigado.

Anuar: Presionó mucho desde el arranque, a veces al límite del reglamento, lo que le llevó a recibir una amarilla y el responso del colegiado antes del descanso para que bajara revoluciones. Hizo un eslalon en la línea de fondo que cortó la zaga. Fue sustituido en el asueto.

Sergi Guardiola: Se retiró cuando apenas habían transcurrido seis minutos por un golpetazo recibido a la altura de la cadera.

También jugaron en el conjunto de Pacheta:

Weissman: Tuvo que salir apenas sin calentar, después de los problemas físicos sufridos por Sergi Guardiola. Generoso en el esfuerzo, trabajó en defensa y se afanó en intentar participar cuando no le llegaban balones, aunque no tuvo opciones de remate.

Fresneda: Debut con partidazo. Realizó una gran defensa en la última acción del primer tiempo, en transición, sobre Riquelme. Irreverente en ataque, apareció también por dentro; de hecho, el equipo creció a partir de él. Firme atrás, sin complicarse la vida.

Óscar Plano: Cada vez que participó fue para meterle velocidad a la jugada. No lo hizo demasiado, o no tanto como le gustaría, en ese extremo izquierdo en el que dio la sensación de ir a entrar Juanjo Narváez antes que él.

Aguado: No le dio tiempo a participar mucho, pues estuvo pocos minutos sobre el césped y entró con el partido no enloquecido, pero sí llamando a su fin.

Kenedy: No se acabó de encontrar. Apenas recepcionó un par de balones y no pudo hacer nada con ellos.