Aprobados y suspensos del Celta: Veiga, de héroe a villano
El canterano pasó en 7 minutos de firmar uno de los goles de la temporada a autoexpulsarse. El doble pivote Tapia-Beltrán sucumbió con uno menos. Debutó Durán
Marchesín: Gafado. Los dos primeros goles del Almería son remates que tocan en algún defensa del Celta, lo que dejó sin capacidad de respuesta al meta, y el tercero llega a puerta vacía. El argentino empezó transmitiendo seguridad, pero solo pudo realizar dos paradas.
Mingueza: Cal y arena. Poco contundente en defensa. Por el contrario, se atrevió en ataque y lo hizo con calidad en alguna arracada.
Aidoo: Mantuvo el tipo. El céltico que mejor aguantó físicamente el desafío de jugar una hora en inferioridad numérica. Impreciso con el balón.
Unai Núñez: Sigue dejando dudas. Alterna acciones de mérito con otras poco admisibles en un central. Sirva como ejemplo el 3-1, una jugada en la que estuvo alarmantemente blando para frenar a Souza. Con el balón se comporta de manera similar, tanto ejecuta buenos desplazamientos en largo como falla pases fáciles.
Javi Galán: Discreto. Tenía un partido complicado para brillar porque Mendes, el lateral diestro del Almería, es otro portento físico y desde el inicio impidió que el carrilero céltico pudiera desbordar. Continúa con el punto de mira desviado en los centros. Cumplió en defensa.
Beltrán: Saturado de trabajo. El madrileño y Tapia sucumbieron como doble pivote jugando con uno menos. Dispuso de la mejor opción del Celta para empatar, pero un pase inmejorable de Aspas lo mandó a las nubes. Sus limitaciones ofensivas también quedaron de manifiesto las otras dos veces que se acercó al área.
Gabri Veiga: Héroe y villano. El canterano pasó en 7 minutos de firmar uno de los goles de la temporada a autoexpulsarse. Pecado de juventud.
Óscar Rodríguez: Activo. De los pocos célticos que tuvo alguna idea en ataque después de la expulsión. Se sacó un buen disparo en los primeros minutos de la segunda parte. Físicamente va creciendo con el paso de las jornadas. No está fino ejecutando los saques de esquina.
Carles Pérez: Víctima de las circunstancias. Principal novedad en el once, Coudet lo retiró en el intermedio para apuntalar el equipo en defensa con Cervi. A su velocidad le faltó generosidad para dársela a Larsen en una acción de desborde en la que el catalán acabó pidiendo un inexistente penalti. Se la deja de cara a Veiga en el gol.
Iago Aspas: Misión imposible. Le faltaron socios y piernas para sorprender en solitario a la defensa local. Provocó tres tarjetas amarillas. El empate del Almería nace en una pérdida del moañés.
Larsen: Sacrificado. Se fajó con los centrales antes de la expulsión de Veiga y el último cuarto de hora de la primera parte lo disputó como interior por la derecha ayudando en defensa. Sustituido al descanso.
Tapia (entró por Larsen): No ofreció lo que se esperaba. Ni a nivel táctico ni de intensidad cumplió como mediocentro defensivo. El disparo de De la Hoz en el 2-1 se envenena al rebotar en el peruano, un lance desafortunado en el que poco se le puede reprochar. Todo lo contrario que en último gol almeriense dado que cae en la trampa de Souza con una facilidad pasmosa.
Cervi (entró por Carles Pérez): Todo le sale mal. Perdió la disputa con De la Hoz en la antesala del 2-1. El argentino reclamó falta, pero el equipo arbitral no le dio la razón. Posteriormente, Del Cerro Grande le señaló un penalti que el VAR rectificó. Acabó de lateral izquierdo.
Pablo Durán (entró por Galán): Debut en Primera. Corrió todo lo que pudo en los pocos minutos que disputó. Apenas tuvo oportunidad de demostrar en ataque la calidad que atesora.
Paciencia (entró por Beltrán): Sin tiempo. Coudet esperó demasiado para aprovechar el juego aéreo del portugués y no lo metió a jugar hasta el minuto 89.