Aprobados y suspensos del Celta: Aspas, negado hasta de penalti
El moañés prolonga su sequía de casi siete meses topándose con el palo en una pena máxima y con Soria en el resto de ocasiones. De La Torre no deja de crecer y Larsen está ‘on fire’.
Iván Villar: Ninguna parada. Sin opción de evitar los dos goles que encajó. Desde que el Getafe se quedó con uno menos, el Celta podía haber utilizado la estrategia de portero-jugador del fútbol sala.
Mingueza: Organizador. Aprovechando la superioridad numérica de su equipo, se incrustó en la medular a la hora de atacar y demostró su buen pie para combinar. Prácticamente no tuvo que defender durante los más de 100 minutos del partido.
Starfelt: Con defensa de cuatro no parece tan infranqueable como jugando con cinco atrás. Perdió el choque cuerpo a cuerpo con Mayoral en la acción del 1-2, lo que permitió al delantero meter la directa para acabar asistiendo a Greenwood. Una jornada más conectó un cabezazo peligroso en un balón parado ofensivo.
Unai Núñez: Al revés de lo que es habitual, mejor en ataque que en defensa. Regaló el 0-1 despejando al aire ante Mayoral. Provocó el penalti que falla Aspas y en la segunda parte filtró un sensacional pase al moañés, dejándolo mano a mano con el meta rival.
Ristic: La constancia quizás sea su principal virtud. Sus centros acostumbran a carecer de precisión, pero el 2-2 llegó tras una incursión del serbio por la banda y el balón que metió al área lo convirtió en bueno una pifia de Djené. Sustituido por problemas físicos.
Carles Pérez: No está fino. Muy combativo en su regreso al once, careció de precisión en el área y en sus inmediaciones. Pidió el cambio por un contratiempo muscular cerca del final.
Beltrán: Prescindible. Ni antes ni después de la expulsión del Getafe tuvo influencia en el juego. Se cargó con una tarjeta innecesaria, lo que llevó a su entrenador a reemplazarlo a la hora de partido.
De La Torre: El mejor del Celta. Sensacional conducción por la banda y gran pase a Bamba en el 1-1. Supo moverse ante la aguerrida medular del Getafe para resultar indetectable y ejercer de principal generador en ataque de su equipo. No deja de crecer desde la llegada de Benítez.
Bamba: Mucho más que un buen gol. Damián Suárez utilizó todo tipo de artimañas para sacar del partido al internacional con Costa de Marfil, que aceptó el desafío y no bajó ni un ápice su habitual nivel de intensidad. Se estrenó como artillero en la Liga combinando calidad, en la maniobra previa al disparo, y contundencia en la definición.
Iago Aspas: Negado por completo ante la portería contraria. A punto de cumplir siete meses de sequía, falló en una de sus grandes especialidades, la ejecución de una pena máxima. Se topó con el palo en el penalti y con Soria en el resto de ocasiones claras que dispuso. Naturalmente, su mala racha goleadora le pasa factura a nivel de confianza en otras facetas del juego, no sólo en los remates.
Larsen: Está on fire. Marcó su tercer gol de la temporada -situándose a uno de los cuatro que hizo en toda la campaña pasada- y puso en apuros a Soria en otras tres oportunidades. Le sacó las dos tarjetas a Domingos Duarte, incapaz de contrarrestar la corpulencia y los giros del noruego, y por el mismo motivo debió ver la roja también Djené.
Sotelo (por Beltrán): Calidad y descaro. Su aparición tuvo un gran impacto en el partido porque desde su primera intervención asumió la batuta en la medular. Acertado y ambicioso en los pases. Un gran disparo del canterano lo despejó con una parada no menos brillante Soria. Nada que ver con Beltrán.
Miguel Rodríguez (por Bamba): Más corazón que cabeza como extremo por la izquierda. Ante un rival tan replegado no encontró el escenario ideal para explotar sus principales cualidades.
Manu Sánchez (por Ristic): Entró a falta de cuatro minutos para el 90 y no le dio tiempo a inyectarle inspiración a sus centros.
Douvikas (por Carles Pérez): Compareció junto a Manu Sánchez y pasó totalmente desapercibido como extremo por la derecha.
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