Alberto Bueno: “Ser un equipo valiente va en el ADN del Rayo”
El mediapunta se formó en la cantera del Madrid y debutó con el primer equipo, aunque fue en el Rayo donde vivió su punto álgido, sonando para la Selección. El derbi será especial.
AIberto Bueno (Madrid, 20 de marzo de 1988) pasea por Vallecas y es el centro de muchas miradas furtivas. El mediapunta nació justo al lado, en Moratalaz, y se crió en la cantera del Real Madrid, donde alcanzó los 40 tantos como juvenil. Después, pasó por el Castilla de Lopetegui y debutó con el primer equipo de la mano de Schuster (2008-09). Disfrutó de minutos en las tres competiciones: Copa, Liga y Champions. Sin embargo, tuvo que hacer las maletas. Años después (2013-15), el delantero consiguió el récord goleador del Rayo en Primera, con 28 dianas, y aún continúa vigente. Recuerda aquella época dorada recorriendo la Avenida de Albufera y la calle Payaso Fofó, mientras aguarda un nuevo proyecto para seguir jugando al fútbol. Por si acaso, tiene un plan B. Siempre ligado al balón, su pasión, su vida.
—¿Qué siente al pisar Vallecas?
—Siempre es especial. Aquí he sido muy feliz. Recuerdo esa simbiosis con la gente. Se volcaba con nosotros y se notaba. El campo es chiquitito y escuchas perfectamente al aficionado y yo que soy casi del barrio (Moratalaz), me sentía uno más de la familia.
—Uno de sus grandes momentos fue el póquer al Levante.
—Aún voy por la calle y la gente me lo dice. Fue un día de esos en los que te sale todo y lo que tocaba iba para adentro. De ese día guardo un vídeo de mi salida, firmando a los aficionados y juntándome con mi familia. Mi peque tendría ahí 3 añitos o así. También conservo el balón de los cuatro goles, aunque con las mudanzas está guardado. Cuando ya me asiente, tendrá un sitio especial.
—¿Qué le queda de aquella experiencia?
—Esos años disfrutamos mucho. Ser un equipo valiente va en el ADN del Rayo, lo éramos nosotros y lo son ahora con Iraola. Íbamos a cualquier campo y éramos protagonistas. Teníamos ese orden-desorden que gustaba a Paco y descolocaba al rival. Nos juntamos jugadores que no teníamos un súper nombre, pero sí unas condiciones muy buenas y que se adaptaban al perfil que buscaba el míster.
—Ese Rayo tenía personalidad, como el actual...
—El entrenador que venga al Rayo debe saber qué es y qué significa. Este equipo tiene una esencia, aunque los jugadores le den diferentes matices.
—¿Fue su etapa en el Rayo la más dulce?
—Sí. Me sentí pleno y, sobre todo, muy comprendido, con lo que era y lo que podía aportar.
—Llegó a sonar para la Selección.
—Sinceramente, en ese momento, yo también sentía que estaba cerquita de esa llamada. Veía que mis números se asemejaban a los de los jugadores que estaban yendo.
“Me sentí pleno y muy comprendido con lo que era y podía aportar”
—Después dio el salto al Oporto con Lopetegui.
—La gente no entendía mi salida porque tuve mucho éxito en el Rayo. Era feliz y me hubiese encantado seguir toda mi vida, pero necesitaba buscar un nuevo reto para ver hasta dónde podía llegar. Decidí el Oporto porque podía jugar la Champions y era un equipo que peleaba por ganar títulos. A partir de ahí, tuve momentos mejores y peores y no continué con el crecimiento que llevaba en Vallecas. Pones en una balanza los pros y los contras, tomas una decisión y nunca sabes si es la acertada o no, pero no me arrepiento. Si en el Oporto hubiese tenido un poco más de confianza y continuidad, creo que habría sido diferente.
—Se formó en la cantera del Madrid, ¿cómo fue aquello?
—Empecé en el Hayedo de Moratalaz y de ahí pasé a la Concepción. Llegué con 13 años al Infantil A del Madrid y te encontrabas con unas cribas importantes. El Madrid me lo ha dado todo: la posibilidad de crecer como persona y futbolista y abrirme a un mundo profesional.
—¿Es tan difícil romper esa barrera del primer equipo?
—Lo es, porque están los mejores y la competencia es brutal. Ahora están Lucas Vázquez, Carvajal, Nacho… Y eso no es casualidad. Yo saqué muchas enseñanzas porque soy observador. Van Nistelrooy se detenía con los canteranos a explicarnos definiciones con una naturalidad y cercanía brutales.
—¿Puede el Rayo meter mano al Madrid este lunes?
—El Madrid está siendo fiable y tiene muchas alternativas. Eso le hace favorito, pero el Rayo es mucho Rayo en casa. Cuando un equipo no tiene miedo, siempre es puñetero. Vallecas, que respira fútbol, apretará.
—¿Le gusta el Rayo de Iraola?
—El técnico ha dado muchas cosas. Su referente es Trejo, por su trayectoria y porque es muy vistoso, pero me llaman mucho la atención los dos alas. Son muy verticales, muy insistentes, van mucho al uno contra uno… Pueden complicarle al Madrid.
—¿Qué da Ancelotti al Madrid?
—Es el mejor entrenador para el equipo. Es educado, cercano, sabe mediar e interpretar todas las situaciones. Cuando hay estrés es capaz de rebajarlo y cuando hay relajación es capaz de apretar y enchufar a todos. Al Madrid siempre lo tengo arriba en las quinielas para ganar todas las competiciones.
“Van Nistelrooy nos explicaba a los canteranos cómo definir”
—¿Con qué jugador suyo se quedaría?
—Benzema y Modric me llaman la atención, también Vinicius está en un gran momento de forma, pero me gusta mucho Rodrygo. Entiende muy bien el fútbol y sabe desarrollarlo en diferentes posiciones.
—Usted coincidió con Militao, ¿apuntaba ya maneras?
—Sí, en el Oporto. Ha tenido un crecimiento brutal, pero ya allí era superlativo. Ahora mismo tiene una jerarquía en la defensa del Madrid, que no es fácil de conseguir y es uno de sus jugadores más en forma.
—¿Quién es el mejor delantero ahora? ¿Y su referente de niño?
—Benzema es el más versátil, ha dado un paso adelante y es un jugador total. Siempre me pareció inteligente y que hacía muy buenos a los demás. Mi ídolo era Ronaldo y Raúl, el espejo donde mirarme. Un ejemplo para cualquier canterano.
—Ojo al ataque rayista en enero con RdT, Falcao y Camello.
—Para un equipo como el Rayo es un lujo tener a esos delanteros. Camello tiene proyección, RdT es vistoso y Falcao, la leche.
—¿Qué proyectos tiene ahora?
—Estoy viendo opciones para continuar jugando. El año pasado estuve parte en Grecia y otra, en Algeciras. Me gustaría seguir, pero si me toca dar el paso me encantaría hacer cosas relacionadas con el fútbol. El camino de entrenar me atrae.
—Ha pasado por España, Portugal, Inglaterra y Grecia. ¿Con qué experiencia se queda?
—Las dos más reconfortantes fueron las de Inglaterra (Derby County) y Portugal (Oporto y Boavista). Quizá no supe elegir bien el momento y la forma de ir a Grecia.