Aguado, la ‘sorpresa’ de Ancelotti
Diego Aguado es la gran novedad en la lista del Madrid para Butarque. “Un perfil Alaba” de 17 años que ha crecido admirando a Nacho y Modric.
Zurdo, con una salida de balón de impresión, internacional sub-19 a sus 17 años y sin miedo a las alturas. Ese es Diego Aguado, el nuevo central de emergencia de Carletto. Otro producto de la Factoría Arbeloa, que no tardó en felicitarle al oficializarse su convocatoria con los mayores. El curso pasado fue el del primer gran salto, cuando comenzó a hacerse fuerte en un Juvenil A donde ahora es capital. A quemar etapas a toda velocidad. Pero ahora rompe el techo más complicado, el del primer equipo. Al menos, empieza a rasgarlo. Es un primer paso y no es baladí. De momento, ya tiene su primera llamada a filas. Palabras mayores.
Era consciente que su nombre podía aparecer en la lista para enfrentarse al Leganés, Ancelotti le tenía como futurible, su hijo Davide le había puesto tras su pista y su rendimiento en los diferentes entrenamientos le había terminado de convencer. Por la mañana ya se había ejercitado junto a siete compañeros de cantera con un Madrid de circunstancias. Pero no fue hasta después de presenciar desde la grada el partido de su Juvenil A (victoria in extremis con tanto del killer Jaime Barroso) cuando el sueño se hizo realidad. El equipo blanco anunció la convocatoria. Ahí comenzó a creérselo. Aunque Diego no deja volar la imaginación. No es su estilo.
La ilusión es tremenda, lógicamente, pero también la mesura. La lleva intrínseca. En su fútbol y en su forma de ser. Algo que en Valdebebas destacan como clave en su desarrollo. Ya comenzó a aglutinar focos cuando ganó la Promises en 2019 (llegó a La Fábrica en 2017) en un equipo con talentos como Paulo Iago o el MVP Reyes Junior. Está acostumbrado a la expectativa. A adelantar procesos y generaciones. También con la Rojita. Y no le pesa. Lo afronta con personalidad. Ello le permite normalizar los saltos y no limar su fútbol. Es un defensa valiente, cómo a campo abierto, pero pesimista, que diría Carletto. De ahí que le tenga en tan buena estima en tan poco tiempo.
¿Cómo juega?
Hablamos de un zaguero polivalente, pues su hábitat natural hasta hace poco fue el carril del tres. No obstante, en el último parón se estrenó en la Sub-19 como lateral izquierdo. Pero Arbeloa detectó el curso pasado que su trato de balón, velocidad y capacidad de anticipación podían convertirle en un central de categoría. Una creencia que comparten en todos los estamentos. Tanto Raúl, que le tiene ‘fichado’ para el Castilla y no tardará en ascenderle al primer filial, como Ancelotti le ven hechuras de central. Por tratarse de un perfil valioso. Distinto. Ese que tanto buscan en el primer equipo. “Es un perfil Alaba. Tiene un desplazamiento de balón, sobre todo en largo, tremendo”, radiografían en Valdebebas.
De Aguado a Diego
En lo personal, Diego es un chico tranquilo, algo introvertido, que prefiere que los focos le apunten sólo sobre el terreno de juego. El mejor ejemplo, sus ídolos: Luka Modric y Nacho. Dos leyendas silenciosas, como él. Hablar en el campo y no fuera de él. Tampoco en unas redes sociales que no le seducen. No se pierde en stories. Ni suyas ni ajenas. Prefiere centrarse en su familia y en los estudios. No ha decidido aún el qué, aunque fisioterapia le seduce, pero tiene claro que pisará la universidad. Como Aguado, Diego tiene los pies en el suelo. Aunque la convocatoria con el Real Madrid le haga despegarlos. Al menos en lo mediático. Es inevitable.
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