Abqar pide paso

Entre las nubes grises que cubrieron el Coliseum tras la derrota ante el Espanyol (0-1), un rayo de luz atravesó la defensa azulona. Fue el regreso a la titularidad de Abdel Abqar. En un partido donde al Getafe le costó encontrar el rumbo, el central marroquí ofreció un auténtico recital de jerarquía, demostrando que está listo para ser el líder indiscutible de la zaga en este tramo decisivo de la temporada.

El “fichaje” de invierno se queda en casa

La semana había venido cargada de noticias para el defensor. La decisión de Walid Regragui de dejarle fuera de la lista de Marruecos para la próxima Copa África ha sido un golpe duro para el jugador, pero una bendición disfrazada para el Getafe. Sin el torneo continental de por medio, Abqar no solo no se perderá el mes de enero, sino que podrá centrarse exclusivamente en sacar al equipo del bache. Y ante el Espanyol, jugó con la rabia y la determinación de quien quiere reivindicarse.

Asumiendo el rol de mariscal

Lo más sorprendente de su actuación no fue solo su contundencia, sino su capacidad para asumir responsabilidades que parecían huérfanas. Con un 80% de acierto en el pase, Abqar fue la salida limpia que el equipo necesitaba. Pero el dato que realmente brilla es su 67% de acierto en pases largos.

Esta faceta, el desplazamiento en largo para saltar líneas de presión tan necesario en este Getafe, era una marca registrada de Omar Alderete. Ante la ausencia de ese perfil, Abqar dio un paso al frente, ejecutando cambios de orientación precisos y ofreciendo soluciones cuando el centro del campo estaba atascado. Incluso sumó un pase clave, algo poco habitual para un central, evidenciando su confianza con el balón.

Una muralla ante “tanques”

Defensivamente, el reto era mayúsculo. Enfrente tenía a Kike García y Roberto, dos de los delanteros más incómodos de la categoría, expertos en el cuerpo a cuerpo y el juego sucio. Abqar no se amilanó.

Sus números hablan de un dominio total en el área: ganó 5 de 8 duelos en el suelo y se impuso en 4 de 6 duelos aéreos, desactivando el juego directo de los pericos. Sumó además 3 despejes salvadores. Lo hizo, además, con una limpieza quirúrgica: solo cometió una falta en todo el encuentro y terminó los 90 minutos sin tarjeta amarilla, un dato que habla de su madurez y capacidad de medición en el corte.

La primera piedra de la reacción

Aunque el resultado final empañó las sensaciones colectivas, la actuación individual de Abqar es la mejor noticia posible para el cuerpo técnico. El Getafe ha recuperado a su mejor versión en el eje de la zaga justo cuando más lo necesita. Con la Copa África descartada y el nivel físico a tope, todo apunta a que estamos ante el inicio de un gran momento de forma para el marroquí. Si el Getafe quiere volver a ser un fortín, el primer ladrillo lo pone Abqar.

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