A más partidos, más dinero: el mal del fútbol
A más partidos, más dinero. Así funciona el negocio. Una Champions con más partidos, un Mundial de Clubes de 32 equipos que se disputa durante un mes y que termina el 13 de julio, una Intercontinental sacada de la chistera, una Conference League que pocos entienden... En definitiva, UEFA y FIFA queriendo estirar su chicle. Hay que darle vueltas a la manivela para que la máquina siga dando dinero. Aunque sea a costa de los jugadores. Bueno, en cierto modo, para mantener también sus sueldos estratosféricos. Para que los clubes puedan seguir moviendo millones en traspasos de un lado a otro, para que un buen pellizco de esos millones se quede en manos de los agentes... Tampoco es que haya muchos clubes que se nieguen a hacer viajes a EE UU o Asia para jugar un puñado de amistosos e ingresar un puñado más de millones, ya sea en verano o en Navidad. ¿Quién puede parar esto? Probablemente, nadie.
Recuerdo a Mino Raiola como una mente privilegiada que entendía como pocos cómo funciona el negocio del deporte. No sólo se quedaba en el fútbol, tenía una teoría propia para el bussiness del motor, del basket... y dominaba el mercado anglosajón (Inglaterra y EE UU) tanto como el europeo. Él estaba muy a favor de la Superliga ideada por Florentino Pérez. Pensaba que se podía jugar además de la Champions y de las ligas locales. Más competición, más dinero, mejores traspasos, mejores comisiones... también para su empresa. Él veía un futuro cercano en el que los equipos grandes tendrán extensas plantillas que les permitan competir en todos los frentes. Plantillas de 30 o 40 miembros para hacer un equipo A y otro B. Y tiene sentido... Porque obligar a un futbolista a jugar todo el año cada tres días es una locura. Aunque haya que seguir dándole vueltas a la manivela.