A Haller le bastan tres minutos

Hay guiones que la vida escribe más perfectos que la ficción. El de Sébastien Haller y el Leganés superó con creces los anhelos de fantasía de un club que ya se frota las manos ante el potencial artillero de su último fichaje. Este ariete de élite europea cedido por el Borussia Dortmund apenas necesitó un suspiro (180 segundos, la nada) para marcar su primer gol de pepinero en un amistoso de pretemporada post comienzo de curso, de ésas preparaciones que se arman para acoplar equipos aprovechando los parones internacionales.

Ante el Fuenlabrada (1ª RFEF), el costamarfileño debutó de titular, marcó el 0-1 y regaló un recital de juego a medio gas que pudo acabar en algún tanto más de haber aprovechado sus compañeros el ansia solidaria que le invadió durante los 68 minutos que duró en el verde. El Lega, muy superior a sus vecinos, goléo por 0-3 para llevarse el Trofeo de Fiestas en un choque ya por siempre será recordado por ser el del debut de Haller en España.

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Estreno soñado

Fue el comienzo un ejercicio de literatura clásica. Llegar. Ver. Golear. Haller no es Julio César, pero nació en las Galias y, como el emperador romano autor del ‘Veni, Vidi, Vinci’ en la batalla de Zela, apenas necesitó un suspiro para conquistar al enemigo. Minuto 3 y el galáctico pepinero ya había marcado. Fue una acción sencilla. También solidaria. Porque en el corazón del área este subcampeón de Europa se la pudo jugar. Pero decidió regalársela a Munir.

El hispano-marroquí no anduvo fino en el primer control y, visto que por la espalda le acechaba un contrario, se la dio de nuevo a Haller, que apenas tuvo que empujarla. Gol para el recuerdo. Quién sabe si el inicio de una leyenda que comenzó a escribirse en lienzo sencillo.

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El Fernando Torres no es el Signal Iduna Park de Dortmund, pero los 1.000 aficionados que abarrotaron su única grada (el resto las desmontaron tras el descenso de Segunda) lo recibieron con el calor del que sabe que asiste a algo único. Hubo invasión pepinera al calor del acontecimiento. Descorchado el gol, el partido embocó en entrenamiento con una sorprendente superioridad pepinera que Brasanac plasmó en el marcador con el 0-2 (24′).

Munir tuvo el 0-3 en otro ejercicio de solidaridad de Haller. También de poderío aislado en la nada. Ahí recibió un balón destinado al olvido. Pero rodeado de dos defensas, aislado en el área, de espaldas al mundo, el costamarfileño la escondió, jugueteó y aguantó hasta que por detrás le regaló la bola de nuevo al hispano-marroquí, que solo ante Bloch la estrelló en el portero. Antes Cedric, por parte local, había visto como le habían anulado un gol por fuera de juego.

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Fue apenas el único zarpazo de riesgo que dio un Fuenlabrada superado y con susto. Manu Garrido, uno de sus fichajes este curso (llegó a debutar con el Lega en Primera), se tuvo que retirar apenas salió en la segunda parte. No parecía nada serio, pero fue suficiente como para dibujar caras de preocupación en un equipo que braceó en la segunda mitad lo que le dejó un Lega al ralentí. Como Haller, que se marchó en el 68′, segundos después de que Chicco hiciera el 0-3 tras un estreno sobrado y sin presumir. Apenas un fogonazo de la calidad con la que espera deslumbrar a Butarque y recuperar su mejor versión.

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