1 gol de tres arietes en el Sevilla para una inversión de 40 millones
Rafa Mir, el único que marcó, está desaparecido en los planes de Lopetegui, que ahora recurre a En-Nesyri y espera la puesta a punto de Dolberg
Un solitario gol entre los tres delanteros del Sevilla en siete partidos oficiales es una miseria por la estadística en sí y por la inversión realizada, unos 40 millones, que están en riesgo de recuperación. Rafa Mir tiene ese sospechoso privilegio. Marcó en Pamplona en la inauguración, pero lleva desaparecido del mapa en tres de las últimas cuatro citas. Muy extraño. En-Nesyri, que se beneficia de su despliegue físico para aparecer con más asiduidad en el once inicial, está muy desacertado. Y Dolberg acaba de llegar, a medio gas, y está en pleno proceso de adaptación. No hay base todavía para despejar la duda de su rendimiento.
Desde que partió de titular y disfrutó el partido completo en Almería, no hay noticias de Rafa Mir, que costó 16 millones. Alternó claroscuros, pero no rindió a mal nivel, sobre todo, porque sí demostró más olfato goleador que sus competidores. En septiembre sólo jugó el medio partido ante el Manchester City: inédito ante el Barcelona y el Espanyol en Liga y en Copenhague.
En-Nesyri, una inversión de 20 millones, representa un misterio. Deleitó en su primera temporada completa con 20 goles, levantó expectativas y suscitó el interés de la Premier, el gran mercado, incluso con ofertas en firme. La más apetitosa fue del West Ham. Fue el marroquí quien no quiso contemplar ninguna mudanza. Su último gol se remonta al que celebró ante el Atlético, que tuvo la recompensa adicional de asegurar la clasificación Champions del Sevilla.
Cuando estuvo sano, porque el ejercicio anterior fue una película de terror entre lesiones musculares y su ausencia por la Copa de África, se caracterizó por largas sequías. La pasada temporada acumuló once partidos sin pólvora, con una suplencia incluida sin jugar, hasta que le marcó al Cádiz, que le sirvió al Sevilla para salvar un punto (1-1). En el mercado de invierno de 2020, se estrenó como goleador sevillista contra el Celta, poco después hizo doblete ante el Celta y ya inició una racha pésima de nueve encuentros sin acierto hasta que rompió el maleficio contra el Mallorca.
Este curso las cuentas están claras: cinco partidos, los tres primeros de suplente, y ningún gol. Recibió una bronca del Sánchez-Pizjuán cuando Lopetegui le marcó el camino del banquillo y en Cornellá, por lo menos, revivió su esplendor físico y su sacrificio táctico, que ensombrece con errores técnicos en los controles o con fallos clamorosos en la puntilla. El guipuzcoano le incluyó en su terna de ataque con Isco y Lamela con los que ha compartido minutos de titular en los dos últimos encuentros. El trío corre, pelea y genera ocasiones, pero les falta hacer acopio de goles.
Dolberg llegó tarde. Está en fase de aclimatación. Ha aparecido a ratos, con cautelas por acabar de salir de una rehabilitación de hombro, pero no dejó rastro como para aclarar su nivel. Calcó 33 minutos ante el Barcelona, en su debut, y ante el City. Se quedó en blanco frente al Espanyol y en su regreso a Dinamarca disputó 16 minutos contra el Copenhague. Al Niza le supone 7 millones por temporada de amortización, que asumió el Sevilla en buena parte. El club francés abonó 20 al Ajax para un contrato hasta 2024. En el total de los seis goles en Liga, porque en Champions el casillero está a cero, los defensas asumieron la mitad de la aportación, doblete de José Ángel y gol salvador de Rekik frente al Valladolid (1-1).