Un guion para Cristiano
Leo Messi brilla, Cristiano Ronaldo es muy discutido... Y una Portugal a la que se le atragantan los últimos mundiales se la juega hoy ante Suiza, peligrosa por su estabilidad en el equipo.
La cuasi certeza de que a Cristiano se le acaba el tiempo en la elite y la reaparición estelar de su antagonista Messi acercan la resolución del debate entre ambos supercracks, que en este Mundial se acelera con un guion redondo, casi hollywoodiense. El 70 por ciento de los participantes en una encuesta de A Bola abogan por dejar en el banquillo a su antaño estrella, que en Doha ha marcado un gol y de penalti, y que contra Corea afeó a Fernando Santos la decisión de sustituirle. En Qatar, Lio brilla y Ronaldo parece apagarse pero...
Si esto lo escribiera un guionista, sería inevitable la resurrección de CR7 y que el 18 de diciembre nos depare a todos una final entre Portugal y Argentina, en el mismo Lusail donde los lusos juegan los octavos hoy, ante Suiza (sigue el partido en directo en As.com). Levantar la Euro en 2016 diluyó de un plumazo el sambenito de Seleçao perdedora que llevaban los Herois do Mar, pero los tragos de Mundial pueden contener aún trazas de ese trauma. Apeada por Uruguay en octavos de Rusia 2018, Portugal se enfrenta a sus demonios después de tres mundiales sin superar esta misma ronda, desde Alemania 2006, cuando llegaron hasta semis y acabaron cuartos.
Suiza tiene motivos para temblar cuando ve a Cristiano: ha recibido cinco goles suyos en dos enfrentamientos. A pesar de un discutible potencial futbolístico, los helvéticos llegaron a Qatar de manera tan silenciosa como puntual, pues han clasificado a nada menos que 10 de 12 fases finales en este siglo XXI. Para muchos de esos torneos la base de su selección venía a ser la misma: los Sommer, Elvedi, Xhaka, Seferovic, el incombustible Shaquiri.... al seleccionador Murat Yakin hasta se le puede considerar medio novato. Suiza se renueva poco, sí, pero quizá en ese mismo pecado lleva también una gran virtud: la mayoría de los futbolistas se conocen desde mucho tiempo y por eso son tan peligrosos en las grandes citas: funcionan como un verdadero equipo.