Tres martillazos a Cristiano

Lo que en Portugal era un debate nacional -la suplencia de Cristiano- se zanjó rápidamente viendo el nivel de su sustituto, el joven Gonçalo Ramos, que entró con fuerza en el Mundial en su primera titularidad de siempre con la selección. Logró un hat-trick ante Suiza, hizo goles de todos los tipos y dejó su nombre en lo más alto del torneo y del país. Ante este impacto, poco puede hacer cualquier que compita con él.

“Cristiano sigue siendo un jugador importante para nosotros”, dijo Fernando Santos al término del encuentro. No quiso decir si mantendrá a Gonçalo Ramos, de 21 años, ante Marruecos en cuartos de final y recalcó que son jugadores diferentes, pero parece difícil que la aureola que ahora mismo rodea al delantero del Benfica tras sus tres goles pueda hacer que le devuelva al banquillo.

De hecho, según una encuesta en A Bola, el 91% de los internautas quiere que se mantenga en el equipo. Son más que el 70% de los que quisieron hace unos días que Cristiano se cayera del once. No hay duda de que la corriente en Portugal es que juegue antes un joven con chispa como Gonçalo Ramos que un veterano físicamente mermado como Cristiano.

En cualquier caso, Fernando Santos elogió la actitud como suplente de Cristiano. “Ha demostrado ser un gran capitán”, comentó. La grada del estadio Lusail vivió una noche de contrastes. Mientras los más de 80.000 seguidores coreaban el nombre de Cristiano para que entrase en el campo, justo cuando se encontraba calentando en la banda, Gonçalo Ramos sobre el césped se dedicaba a marcar goles.

Un debut como titular en un Mundial con tres goles que sólo había logrado anteriormente Miroslav Klose en 2002. Tres goles en su estreno que vuelven a confirmar la máquina de sacar talento que es el Benfica, capaz de vender a Darwin Núñez en verano al Liverpool por 80 millones y asegurarse que su sustituto empiece a costar eso mismo con actuaciones tan colosales como ante Suiza. Ni Cristiano puede ir contra eso.

Cristiano, en el gimnasio

Por todo lo que pasó en la noche anterior, uno de los objetivos de los medios en Qatar al día siguiente de la clasificación portuguesa era captar la imagen de Cristiano en el entrenamiento de Portugal. Sin embargo, el crack de Madeira no hizo acto de presencia en una sesión en la que le correspondía participar junto a los suplente. Sin aparente lesión ni molestia física, se quedó en el gimnasio trabajando junto a los que fueron titulares ante Suiza. Un gesto que sorprendió y que ni la federación defendió con algún tipo de argumento.