Marruecos-Croacia, el partido de los repatriados
25 futbolistas (14 en Marruecos y 11 en Croacia), la mitad de los que estén en el Al Bayt Stadium, no han nacido ni en un país ni en otro. La mayoría son hijos de inmigrantes.
De los 830 jugadores que están en Qatar para disputar el Mundial, 140 (el 17%) van a representar a un país diferente al que nacieron, siendo Marruecos, con 14, la selección que más jugadores naturalizados tiene en sus filas. Le siguen Túnez (12), Croacia y Senegal (11), Qatar y Gales (10).
Los 14 jugadores de Marruecos no nacidos allí son Bono (Canadá), Munir Mohan (España), Saïss (Francia), Achraf Hakimi (España), Mazraoui (Países Bajos), Amrabat (Países Bajos), Ziyech (Países Bajos), Chair (Bélgica), Amallah (Bélgica), El Khannouss (Bélgica), Boufal (Francia), Zaroury (Bélgica), Aboukhlal (Países Bajos) y Cheddira (Italia). Cuatro nacidos en Países Bajos y otros cuatro en Bélgica, en España dos y otros dos en Francia, y uno en Italia y otro en Canadá.
La mayoría (o la totalidad) de estos catorce futbolistas son hijos de inmigrantes marroquíes que nacieron en un país o en otro por circunstancias de la vida pero que por sus venas corre el sentimiento marroquí igual que si hubiesen nacido en Rabat o en Casablanca. Defender la camiseta de Marruecos en el Mundial es una manera de hacer patria para ellos aunque, efectivamente, hayan nacido en otro Continente, Europa.
Otro tanto igual sucede en la selección de Croacia con Sutalo (Bosnia y Herzegovina), Lovren (Bosnia), Stanicic (Alemania), Kovacic (Austria), Sucic (Austria), Pasalic (Alemania) y Budimir (Bosnia), más Modric, Perisic, Vida y Kramaric que nacieron en la extinta Yugoslavia.
La mayoría de ellos son hijos de inmigrantes croatas víctimas de la Guerra de los Balcanes, y los cuatro en cuya partida de nacimiento figura Yugoslavia es porque son anteriores a octubre de 1991, cuando fue reconocida la independencia de Croacia.
Por tanto, este Marruecos-Croacia es el partido del Mundial en el que se puede ver al mayor número de futbolistas que defenderán la camiseta de un país en el que no nacieron, salvo que en un supuesto cruce futuro la selección marroquí se enfrentase a Túnez, donde habría 26. De los 52 futbolistas que estén en el Al Bayt Stadium, la mitad son nacidos más allá de las fronteras que oficialmente delimitan los países, pero el corazón y el sentimiento lo tienen dentro de donde no pudieron nacer.
Una gran parte de los jugadores que defienden la camiseta de un país en el que no nacieron lo hacen únicamente por interés. La mayoría, o todos, de los 25 que lo harán con Marruecos y Croacia lo harán por sangre, por orgullo. De corazón.